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La Navidad es una fiesta universal, pero cada país celebra esta época mágica a su manera. Desde el patinaje en Venezuela hasta las galletas navideñas británicas, pasando por el KFC japonés y los trece trolls islandeses, las tradiciones navideñas de todo el mundo revelan una fascinante diversidad cultural. Embárquese en un viaje festivo por los cuatro puntos cardinales y descubra cómo las distintas culturas reinventan la magia de la Navidad con sus costumbres únicas y a veces sorprendentes.
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Lea también sobre la Navidad:
Nuestros vecinos británicos han convertido la Navidad en una auténtica fiesta de la originalidad. Durante todo el mes de diciembre, las familias se intercambian Christmas crackers, unos brillantes caramelos en forma de papillotes que hacen un pequeño “pop” al arrancarlos. Tradicionalmente, se abren durante las comidas para revelar las pequeñas sorpresas de su interior: una colorida corona de papel, un chiste para contar y un pequeño regalo.
Hablando de comidas, la estrella indiscutible de las fiestas británicas es el pudding de Navidad. Este denso y rico pastel se prepara con semanas de antelación y contiene todo tipo de ingredientes, a veces en combinaciones sorprendentes: frutos secos, especias, brandy e incluso una moneda de plata para la buena suerte. Otra tradición muy popular es el amigo invisible. Este famoso sorteo entre amigos, colegas o familiares, en el que todos se convierten en el amigo invisible de una persona elegida al azar, se toma muy en serio en el Reino Unido.
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Si quiere descubrir la capital británica y sus auténticas tradiciones navideñas, déjese guiar por el London Tour. Esta audioguía de 8 km le llevará por los barrios más emblemáticos de la ciudad, desde el Palacio de Buckingham hasta el Tower Bridge, pasando por los tradicionales mercadillos navideños. Con 20 puntos de interés comentados, explorará los lugares que hacen latir el corazón de esta ciudad real, especialmente mágica durante las fiestas.
En Caracas, la capital venezolana, la misa de la mañana de Navidad es como cualquier otra misa… con una excepción: ¡hay que subirse a unos patines para llegar! Las patinatas son una de las tradiciones navideñas más divertidas de todo el mundo. Del 16 al 24 de diciembre, las calles de la ciudad se cierran al tráfico al amanecer para que los vecinos puedan ir en patines a la Misa de Aguinaldo, la misa del alba.
Esta tradición se remonta a los años 50, cuando las familias se reunían después de misa y los niños recibían sus regalos, entre ellos unos patines. ¿Por qué no dos en uno? Una leyenda cuenta incluso que los niños se atan un cordel al dedo del pie antes de acostarse y dejan el otro extremo colgando por la ventana, para que los patinadores tiren de él al pasar y les despierte. En Venezuela, la estrella infantil no es el barbudo vestido de rojo, sino el mismísimo Jesusito, que trae los regalos.

En las primeras horas del 24 de diciembre, los niños griegos van de casa en casa cantando Calanda, canciones tradicionales que narran la historia de la Natividad. A cambio de sus melodías, reciben dulces típicos griegos: kourabiedes (galletas de almendra espolvoreadas con azúcar glas) y melomakarona (galletas de miel y nueces). Por la noche, las familias se reúnen para la misa de medianoche y disfrutan del Christopsomo, otro pastel tradicional de nueces decorado con una cruz.
El 25 de diciembre adquiere un aspecto más solemne, ya que se honra a los difuntos. Los griegos van al cementerio a visitar las tumbas de sus seres queridos. No es hasta el 1 de enero, día de San Basilio, cuando los niños abren por fin sus regalos, traídos no por Papá Noel sino por San Basilio, representado como un mendigo erudito venerado en la tradición ortodoxa.
En Colombia, la Navidad es mucho más que luces y adornos. El país celebra una de las mejores tradiciones navideñas del mundo: el Día de las Velitas. El 8 de diciembre comienza oficialmente la época festiva, y ese día todos los colombianos colocan velas y farolillos delante de sus casas, en los balcones, en los jardines e incluso en las aceras.
Esta tradición honra a la Virgen María y a la Inmaculada Concepción, pero también confiere a las ciudades colombianas un incomparable encanto de cuento de hadas. Con el paso de los años, la costumbre ha ido creciendo: ahora los colombianos encienden miles de velas en parques, porches y calles. Mientras se pasea por estas calles iluminadas, la música tradicional acompaña los pasos, haciendo aún más embriagador este paseo por lo que parece un lecho de estrellas terrenales.

Italia, un país muy religioso, no escatima en la tradición del árbol de Navidad y el belén cristiano. Nápoles está considerada la cuna de esta tradición, donde se pueden admirar algunos de los belenes más bellos del mundo. Sin embargo, en el sur del país no hay Papá Noel ni niño Jesús que traiga regalos a los niños. Esa tarea recae en un personaje muy especial: la Befana.
El 6 de enero, día de la Epifanía, esta vieja bruja viaja de chimenea en chimenea en su escoba voladora, repartiendo regalos a los niños buenos y carbón a los más bulliciosos. Vestida con harapos y cubierta de hollín, la Befana se ha convertido en una figura emblemática de la tradición italiana. Según la leyenda, se negó a acompañar a los Reyes Magos a Belén, y ahora recorre los tejados en busca del Niño Jesús, dejando regalos a los niños que encuentra. Si las delicias de la cocina italiana no necesitan presentación, su postre tradicional de Navidad, el Panettone, también es parte integrante de las fiestas.
Para descubrir el ambiente mágico de la Navidad en Italia, no dude en visitar Roma durante las fiestas, donde las tradiciones se mezclan con la historia milenaria de la Ciudad Eterna.

He aquí dos de las tradiciones navideñas más originales de todo el mundo. En México, las celebraciones navideñas comienzan el 16 de diciembre con las Posadas, una recreación de la búsqueda de cobijo de María y José. Los lugareños van de casa en casa, buscando un lugar donde “dar a luz” a su Jesús. A veces se les invita a entrar en las casas para abrir una piñata llena de nueces, naranjas y cañas de azúcar.
Pero la tradición más sorprendente es el concurso de esculturas de rábanos (Noche de Rábanos) que se celebra el 23 de diciembre en Oaxaca. Los artesanos transforman estas hortalizas en obras de arte efímeras que representan escenas de la Natividad, monumentos históricos o personajes tradicionales. Estas esculturas se utilizan después para decorar los hogares. Para los niños mexicanos, sin embargo, no es hasta el 6 de enero y la llegada de los Reyes Magos cuando pueden abrir sus regalos y disfrutar de la tradicional Rosca de Reyes, un brioche en forma de corona.
Durante todo el mes de diciembre, las coronas de Adviento iluminan los hogares alemanes, con sus cuatro velas encendidas progresivamente cada domingo. El 6 de diciembre, como en muchos de los países que figuran en nuestra lista de tradiciones navideñas de todo el mundo, los niños que se portan bien reciben sus regalos de San Nicolás (Sankt Nikolaus), que viaja de casa en casa montado en su burro.
Al igual que Papá Noel, se reúne con los niños y reparte caramelos. Pero ¡cuidado con los niños revoltosos! A San Nicolás le acompaña su poco tranquilizador compinche: Knecht Ruprecht o Padre Fouettard (Krampus en algunas regiones). Este personaje, un monje vestido con ropas oscuras y cara demoníaca que porta un bastón, es el encargado de reprender los malos comportamientos. Esta dualidad entre benevolencia y amenaza forma parte integrante del folclore germánico y está concebida para fomentar el buen comportamiento de los niños.
Los famosos mercadillos navideños de Alemania (Weihnachtsmärkte) son también de visita obligada, especialmente el de Múnich, que atrae cada año a millones de visitantes con sus puestos de vino caliente, pan de jengibre y artesanía tradicional.

En Rusia, la Navidad se celebra el 6 de enero según el calendario ortodoxo (calendario juliano). Sin embargo, los niños rusos reciben sus regalos en Nochevieja, el 31 de diciembre, con lo que las fiestas se prolongan durante más tiempo. Los personajes que traen los regalos no son otros que Ded Moroz (abuelo Gel o padre Gel) y Babushka (abuela).
Ded Moroz, primo del conductor del trineo de renos voladores, va vestido con un largo abrigo azul o plateado y lleva un bastón mágico. Le acompaña su nieta Snegurochka (la niña de las nieves), que le ayuda a repartir regalos. En cuanto a Babushka, cuenta la leyenda que se negó a seguir a los Reyes Magos y desde entonces busca al Niño Jesús, dejando regalos a los niños que encuentra. Tradicionalmente, la Nochevieja se pasa en familia con una copiosa comida, mientras que el 6 de enero se dedica a celebraciones religiosas.

Gales tiene una de las tradiciones navideñas más fascinantes y misteriosas de Europa: Mari Lwyd, que significa “yegua gris”. Entre Navidad y la Noche de Reyes, un grupo de cantantes recorre los pueblos galeses portando una calavera de caballo montada en un largo palo. La calavera está decorada con cintas de colores, campanillas, rosetas y ojos falsos de vidrio de botella. La mandíbula inferior está articulada, lo que permite a la persona oculta bajo la sábana blanca hacerla sonar de forma inquietante.
Esta criatura espectral se detiene ante las puertas de casas y tabernas, y se produce un auténtico duelo poético (pwnco) entre el grupo que acompaña al Mari Lwyd y los ocupantes de la vivienda. Los dos bandos intercambian versos rimados, a menudo humorísticos o ligeramente burlones, hasta que uno de ellos se queda sin inspiración. Si ganan los portadores del Mari Lwyd, se les invita a entrar y el caballo fantasma relincha por la casa, chasquea las mandíbulas y persigue a los invitados, sobre todo a las jóvenes, en un ambiente de alegre alboroto.
Se cree que Mari Lwyd, una tradición precristiana que probablemente se remonta a la época celta, trae buena suerte en Año Nuevo. Una vez dentro, los visitantes son recompensados con comida y bebida, incluido el wassail, una bebida caliente especiada tradicional. Esta costumbre, que casi desapareció a principios del siglo XX, está resurgiendo en varias partes del sur de Gales, perpetuando uno de los rituales invernales más extraños y hechizantes de Europa.
La Navidad en Islandia significa la visita de los Yule Lads (Jólasveinar), trece alegres trolls llenos de travesuras. Esta alegre banda sale a la calle trece días antes y trece días después de Navidad. Cada noche, del 12 al 24 de diciembre, un nuevo Yule Lad desciende de su montaña para visitar a los niños que se han dejado los zapatos en la puerta o en el alféizar de la ventana.
A continuación, los traviesos gnomos dejan caer un regalo para los niños buenos, o una patata podrida para los malos. Cada uno de los trece compañeros tiene un nombre descriptivo y un papel bien definido una vez que llegan a las casas: Stekkjarstaur (el espanta ovejas), Giljagaur (el merodeador del barranco), Stúfur (el hombre bajito), Þvörusleikir (el lame cucharas), Pottaskefill (el rascador de ollas), Askasleikir (el lame cuencos), Hurðaskellir, Skyrgámur, Bjúgnakrækir, Gluggagægir, Gáttaþefur, Ketkrókur y Kertasníkir. La diversión está garantizada.
Según la leyenda, son hijos de la terrible Grýla, una ogresa que se come a los niños desobedientes, y de Leppalúði. Completa la familia el Gato de Navidad (Jólakötturinn), un felino gigante que devora a quienes no reciben ropa nueva por Navidad.

He aquí la tradición navideña más desconcertante del mundo. ¿Estás en Japón en Navidad y ves a montones de familias acudiendo a cenar a KFC? ¡Perfectamente normal! Comer Kentucky Fried Chicken se ha convertido en la tradición navideña más popular en el País del Sol Naciente, hasta el punto de que la cadena Kentucky Fried Chicken acepta pedidos con meses de antelación y acoge colas interminables el día de Navidad.
Esta sorprendente tradición se remonta a la década de 1970, cuando KFC lanzó una brillante campaña de marketing con el eslogan “¡Kurisumasu ni wa kentakkii! La historia cuenta que a un directivo de KFC en Tokio, Takeshi Okawara, se le ocurrió la idea tras oír a expatriados occidentales quejarse de que no encontraban pavo para Navidad. Sugirió el pollo frito como alternativa y vistió al Coronel Sanders de Papá Noel. Fue un éxito instantáneo, y la tradición ha perdurado durante más de cincuenta años.
En la actualidad, las ventas navideñas representan alrededor de un tercio de la facturación anual de KFC en Japón. De postre, la tradición japonesa pide un pastel de Navidad, un bizcocho cubierto de nata montada y fresas, con los colores de la bandera japonesa. Este pastel de estilo americano se ha convertido en un elemento básico de las celebraciones, recordando la posguerra, cuando los americanos ayudaron a los japoneses a reconstruir su país y trajeron consigo sus pasteles tradicionales.
En conclusión, estas once tradiciones navideñas de todo el mundo nos recuerdan que la magia de las fiestas se presenta en mil colores y sabores. Desde el pollo frito japonés y los trolls islandeses hasta los patines venezolanos y la Befana italiana, cada país reinventa la Navidad a su manera, creando rituales únicos que unen a las familias y perpetúan las culturas locales. Estas costumbres, a veces sorprendentes para los forasteros, reflejan la historia, las creencias y la creatividad de cada pueblo. Tanto si prefiere las galletas navideñas británicas como los farolillos gigantes filipinos, el espíritu de la Navidad es universal: compartir momentos de alegría, generosidad y convivencia con los seres queridos. Si desea vivir estas tradiciones in situ, realice una audioguía Navaway para explorar estos destinos durante las fiestas y sumergirse en sus auténticas costumbres festivas.
Japón lleva celebrando la Navidad con pollo frito de KFC desde los años setenta. Esta tradición, nacida de una campaña de marketing, se ha hecho tan popular que las familias japonesas encargan sus comidas con meses de antelación y hacen cola durante horas el 25 de diciembre.
La Befana es una bruja benévola del folclore italiano que trae regalos a los niños el 6 de enero, día de la Epifanía. Vuela de chimenea en chimenea en su escoba, dejando regalos a los niños buenos y carbón a los malos.
En Caracas (Venezuela), la tradición del patinaje se remonta a la década de 1950. Del 16 al 24 de diciembre, las calles se cierran al tráfico para permitir a los lugareños patinar hasta la misa de alba (Misa de Aguinaldo), creando un ambiente festivo único.
Islandia tiene trece Yule Lads (Jólasveinar), traviesos trolls que descienden de las montañas uno a uno entre el 12 y el 24 de diciembre. Cada uno tiene su propio nombre y su propia especialidad: robar cacerolas, lamer cucharas, dar portazos, etc.
Una galleta navideña es un envoltorio sorpresa típicamente británico que hace ruido de petardo al tirar de él. Tradicionalmente contiene una corona de papel, un chiste y un pequeño regalo. Los crackers son un elemento básico de las mesas navideñas en el Reino Unido.
Colombia celebra el 8 de diciembre el Día de las Velitas, que marca el inicio de las fiestas. Miles de velas y farolillos iluminan calles, casas y parques, creando un ambiente mágico en honor a la Virgen María.
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