Casa Chevalier

Esta calle también se conoce como el callejón de los paraguas por los coloridos paraguas con los que se adorna en verano. No obstante, al final de la encantadora calle del callejón sin salida, encontrarás la entrada a la histórica casa de Jean-Baptiste-Chevalier, armador y comerciante. Es la casa que acabas de pasar con sus postigos rojos, y cuya entrada encontrarás un poco más adelante a tu izquierda. En aquella época, la casa daba directamente al río, un lugar ideal para alguien que, como Jean-Baptiste, trabajaba en el negocio de la importación y exportación. Los barcos amarraban directamente delante de su casa, descargando la carga de los barcos más grandes que no podían acercarse. Fue la primera casa restaurada en el marco del gran plan de restauración de la Plaza Real en los años cincuenta. Ahora, unida a sus vecinas para formar un conjunto armonioso, está clasificada como bien de importancia nacional canadiense. El recinto está gestionado por el Museo de la Civilización y ofrece un descubrimiento envolvente de la arquitectura del régimen francés, con mobiliario de época y exposiciones históricas.