Mercado del puerto

Espero que este paseo por Montevideo te haya abierto el apetito, mientras llegas a su templo gastronómico, el Mercado del Puerto. No dejes que su nombre te engañe, no encontrarás pescado ni marisco fresco en su interior. Este lugar emblemático de la ciudad recibe a turistas y lugareños por igual con sus deliciosas parillas. Aquí se puede asar carne y vísceras para probar la versión uruguaya de la barbacoa de leña, definitivamente no es un lugar para vegetarianos. En Uruguay hay unas 4 vacas per cápita, y tienen espacio de sobra, pastando sólo en prados naturales. Los amantes de la carne estarán en el paraíso, pero para el resto de ustedes, lamento decirles que aparte del provolone, que es queso fundido y pimientos asados, no encontrarán mucho de su gusto. Eso sí, puedes emborracharte con una especialidad local llamada medio y medio, que es una bebida servida con vino blanco seco y vino espumoso a partes iguales. Aunque no tengas intención de comer, no dudes en dar una vuelta por el mercado para apreciar su estructura metálica, digna de los mejores mercados cubiertos, y el buen humor que reina en él. El mercado fue idea del comerciante Pedro Sáenz de Zumarán, que creó una empresa con el objetivo de crear el mayor mercado de Sudamérica. Adquirió una finca de unos 3.500 metros cuadrados junto al puerto de la ciudad. En el interior, en el corazón de este vasto espacio cubierto, se instaló primero una gran fuente, sustituida más tarde por un graderío coronado por un reloj de cuatro esferas, hoy Monumento Histórico Nacional. El Mercado del Puerto es también un lugar de encuentro de artesanos y músicos populares que se instalan en sus inmediaciones. Te dejo con sus descubrimientos culturales y gastronómicos.