San Ignacio de Loyola

Has llegado frente a la hermosa iglesia blanca de San Ignacio de Loyola. Si te suena familiar el nombre de Ignacio de Loyola, fue un soldado español que más tarde se convirtió en religioso, líder de la Contrarreforma y fundador de la Compañía de Jesús, como sabrás la iglesia guarda una conexión con los jesuitas. De hecho, es la iglesia católica más antigua que se conserva en Buenos Aires. Los primeros jesuitas llegaron a Argentina en 1608. Como no tenían ladrillos ni piedras, decidieron construir una iglesia de adobe y paja en la plaza de Mayo, entonces llamada plaza Mayor. Esta pequeña iglesia de adobe se erigió en el lugar de la Catedral Metropolitana, donde permaneció durante cincuenta años. En 1661, una rica heredera donó a la Compañía de Jesús el lugar que hoy ocupa. Y en esta ocasión, disponían de hornos de ladrillos. Comenzó entonces la construcción de la primera gran iglesia jesuita. Fue terminada en 1722 y consagrada en 1734 en el estilo barroco típico de la Contrarreforma. En 1955, fue uno de los muchos edificios religiosos incendiados en protesta por los graves acontecimientos políticos de la época, entre los que se intentó debatir la idea de la separación del Estado y la Iglesia. Hoy en día sigue siendo una idea debatida, ya que en 2018 se lanzó de nuevo una campaña que fue rechazada por el Congreso. Actualmente restaurada en su totalidad, la iglesia de San Ignacio de Loyola, es uno de los escasos vestigios de la Buenos Aires colonial, anterior al siglo XIX que bien merece una visita.