Capilla Imperial

La bonita capilla que ves, es la capilla Imperial que sirvió de lugar de culto a Napoleón III y a la emperatriz Eugenia. Muy devota, iba a la iglesia con regularidad y deseaba rendir culto en una capilla privada. Eugenia siguió el consejo de su amigo Prospère Mérimée y contrató a Emile Boeswillwald, arquitecto y discípulo de Violet Le Duc, que acababa de terminar la restauración de la Sainte-Chapelle. Construido en 1865, justo al lado de su residencia de verano, se caracteriza por su hábil mezcla de estilos arquitectónicos. Cuenta con un toque románico-bizantino, pero también hispano-morisco, que recuerda a la arquitectura de su ciudad natal, la maravillosa Granada. La emperatriz dedicó su capilla a Nuestra Señora de Guadalupe, figura emblemática de España desde el siglo XVI. Esta virgen negra, venerada en México, había aparecido en 1531 en los ojos de un indígena recién bautizado, lo que provocó peregrinaciones masivas y la construcción de una enorme basílica en Ciudad de México. En aquella época, la emperatriz también rezó a la Virgen para que le diera un hijo, y cuando nació su hijo Luis Napoleón, hizo grabar las tres letras entrelazadas N-E-L en las columnas de la nave. La capilla está declarada monumento histórico, desde 1981. Cierra en invierno, y en verano abre sólo los jueves y sábados, y si quieres descubrirla más en profundidad, deberás reservar una visita guiada de pago.