Barrio Gotico

Nos encontramos en el Carrer dels Banys nous, que discurría por el exterior de la muralla romana. Toma su nombre, que puedes traducir como «Baños Nuevos», de los antiguos baños públicos, fundados en 1160 en este lugar donde abundaba el agua. El edificio seguía el modelo de los baños árabes, pero con técnicas y decoración románicas. El edificio se conservó hasta su demolición en 1835. Si entras en la tienda del número 10, podrás ver incluso los restos de unas termas del siglo XII muy bien conservadas.  Ésta es una calle típica del barrio gotico. Este barrio histórico, la verdadera estrella de la ciudad, en realidad no es tan gótico. Está situado en el lugar donde el emperador Augusto fundó la colonia romana de Barcino a principios del siglo I. Si mantienes los ojos bien abiertos, podrás ver fragmentos de templos aquí y allá, y de las antiguas poderosas murallas de la ciudad. Después, Barcelona fue conquistada brevemente por los musulmanes, que ocuparon gran parte de la Península Ibérica, y pasó a convertirse en una de las ciudades portuarias más importantes del Mediterráneo. Fue este poder marítimo, desarrollado en los siglos XIII y XIV, lo que permitió a la ciudad embellecerse con bellos edificios barrocos y renacentistas. Irónicamente, los principales elementos puramente góticos del centro histórico fueron demolidos a principios del siglo XX para dar paso a la Vía Laitana. El Barrio Gótico es, por tanto, una declaración arquitectónica de principios del siglo XX, que comenzó con la construcción de la fachada neogótica de la catedral. El término Barrio Gótico apareció por primera vez en 1911, suscitando debates y controversias entre los partidarios de la unidad estilística y los de la conservación del patrimonio histórico. Pero el proyecto fue aprobado y se decidió «gotizar» la zona alrededor de la catedral, para exaltar el glorioso pasado de la ciudad y reconstruir el esplendor de una Barcelona olvidada. Se añadieron elementos góticos a las ventanas, se instalaron elementos arquitectónicos rescatados del derribo de la Vía Laitana y se reubicaron algunos edificios hasta conseguir el efecto deseado. Así que no es el tiempo, sino las personas, las que han dado forma al barrio que hoy descubres, que sigue siendo una fascinante concentración de historia y patrimonio.