Las murallas de Aviñón

Te encuentras frente a la puerta Saint Michel. La ciudad de Aviñón es una de las pocas ciudades francesas que conserva todas sus murallas. Construidas en el siglo XIV para proteger la ciudad, se prolongan a lo largo de más de 4 km. Antiguamente contaban con siete puertas para entrar en la ciudad y treinta y nueve torres para vigilar a los atacantes. Los orígenes de las murallas de Aviñón, se remontan a la época romana en el siglo uno después de cristo, cuando fueron construidas las primeras, con el objetivo de proteger la ciudad de los enemigos y de las crecidas del Ródano. En aquel periodo, Aviñón era conocida como “Avenio”. Esta muralla inicial se mantuvo en pie hasta el siglo XIII, cuando el rey Luis VIII decidió sitiar la ciudad y conquistarla. Los habitantes de Aviñón se rindieron en 1226 y Luis VIII mandó destruir las fortificaciones, añadiendo la prohibición de reconstruirlas durante 5 años. Transcurrido este periodo, los habitantes se apresuraron a reconstruirlas. Fue la llegada de los papas lo que confirió a las murallas su aspecto actual. La ciudad creció, se construyeron nuevos barrios y se levantaron nuevas murallas. Así se construyó una fortificación de más de 4 km de largo, con 7 puertas de entrada que recuerdan a las 7 colinas de Roma, y una altura de 8 metros. Se necesitaron 10 años para construir esta impresionante muralla, flanqueada por las aguas de los ríos Durance y Sorgue. En 1791, la ciudad de Aviñón, hasta entonces protegida por los Papas, pasó a ser francesa. Entonces como ya no eran necesarias, ni se temía de ataques enemigos: se idearon numerosos planes para demoler la fortificación. Y en parte debido al Ródano, o más bien gracias a él, que finalmente se conservó, e incluso se reforzó para evitar inundaciones. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, las murallas de Aviñón forman parte del encanto de la ciudad y son testimonio de su rico pasado medieval.