Café Central

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visita Viena, La emperatriz de Austria
Seguramente hay cola frente al hermoso Café Central, y eso es normal. Este lugar es una verdadera institución en Viena. Algunos incluso dicen que es el café más bonito del planeta. ¡Es cierto que al estar instalado en un palacio, ya partía con buenas bases para llegar al podio de los cafés más bellos del mundo! El interior, con arcadas y candelabros, es tan cautivador como su historia es fascinante. Te das cuenta que era el café favorito de Freud, de Hitler, pero también de Marx y Stalin. Obviamente, no todos juntos charlando amablemente alrededor de una mesa, pero este es el tipo de lugar donde uno comienza a pensar: ah, si las paredes pudieran hablar…En cualquier caso, es el lugar ideal para disfrutar de un café vienés y un apfelstrudel u otros dulces austriacos. Eso sí, no pidas un café vienés, eso no significa nada para ellos. Dicho esto, tienen una carta de café de especialidad interminable, ¡así que date un gusto! Pero además, hablando de esto, ¿sabes cómo nació el café vienés? Cuenta la leyenda que todo comenzó en 1683 cuando Viena fue asediada por los turcos. Cuando las tropas del rey de Polonia finalmente logran expulsarlos de la ciudad, se marchan precipitadamente, dejando atrás 500 bolsas de café. Se dice que las bolsas de café fueron dadas a un joven por su ayuda durante el asedio. Entonces decide abrir un café, normal, pero el café turco que sirve es demasiado amargo y no le gusta a los vieneses. ¡Entonces tuvo la brillante idea de filtrarlo y suavizarlo con crema y miel! También se dice que de él proviene todo el ritual que rodea al café, como escuchar música clásica, poner a disposición la prensa y servir el café con un pequeño vaso de agua. Inicialmente, los cafés son frecuentados por una clientela masculina que viene a fumar y hablar de negocios, pero poco a poco, el número de establecimientos explota y el café se convierte en un verdadero lugar de vida abierto a todos. Desde 2011, la Wiener kaffeehaus kultur (la cultura de los cafés vieneses) está inscrita en el patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. Se dice que son lugares “donde se consume el tiempo y el espacio, mientras que el café solo está en la cuenta”. Aprovecho para hacer un mini monólogo, pero ¿sabías que también en Viena y debido a los turcos se inventó el croissant? Cuenta la leyenda que durante el asedio de Viena por los otomanos en 1683, los turcos comenzaron a cavar túneles, pero los panaderos que se levantaban al amanecer, los vieron y así dieron la alerta y salvaron la ciudad. ¡Para celebrar esta victoria, los panaderos han creado una pequeña pastelería en forma de media luna, el emblema turco, para burlarse del enemigo! Y es María Antonieta la que llevará consigo la tradición del croissant a Francia, junto con otras especialidades vienesas, ¡de ahí el nombre de la viennoiserie, bollería, que aún perdura hoy en día! La masa luego cambiará con el nacimiento de la masa de hojaldre, para crecer en Francia y experimentar el éxito que todos conocemos.

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