Paseo Romestang

Estamos en el paseo Romestang, una de las arterias principales de Vienne, repleta de restaurantes y tiendas de todo tipo. En la Edad Media este paseo se encontraba fuera de las murallas, se le llamó Romestang, puesto que es una denominación utilizada para designar las zonas situadas fuera de las fortificaciones. Anexionada a la ciudad cuando se derribaron las murallas en el siglo XVIII, se convirtió en un paseo muy apreciado por los habitantes, que venían a caminar a la sombra de los castaños. Se construyeron casas a ambos lados y el paseo se transformó en avenida, permitiendo el acceso a los coches. Aunque en el pasado ni siquiera formaba parte de la ciudad, ahora es una de las calles principales, ideal para ir de compras y, sobre todo, para acudir al mercado de los sábados, que se extiende por gran parte del centro de la ciudad. ¡Ten en cuenta que es el segundo mercado más grande de Francia! Aquí encontrarás unos 400 vendedores que ofrecen todo tipo de productos alimenticios, así como ropa, artesanía y muchos otros artículos. También tendrás la oportunidad de descubrir las especialidades locales, unas más tentadoras que otras. Por si no lo sabías, Vienne tiene una gran tradición gastronómica. Ya en tiempos de los romanos, las distintas recetas se registraban en libros, una práctica que se adoptaría en todo el Imperio y que se seguiría haciendo hasta nuestros días. Algunas de las grandes especialidades locales son la Rigotte de Condrieu, un pequeño queso de cabra elaborado con leche cruda, el aguardiente de pera, producido en Villettes-de-Vienne, las mermeladas Bruneton, del mejor fabricante de mermeladas de Francia, y, por supuesto, los vinos Condrieu, Côte-Rôtie y Vitis Vienna. En Vienne y sus alrededores encontrarás numerosos dominios donde degustar estos vinos excepcionales. Mientras tanto, ¡continuemos nuestro recorrido por el centro histórico!