Villa Veneciana

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Vichy, La Fiebre del agua
Excepcionales villas y antiguos palacios de arquitectura notable y ecléctica, la calle de Belgique es en cierto modo la meca del «Triángulo de Oro» de Vichy. Nos referimos a esta atractiva zona, situada entre las termas y la ópera, donde era estratégico construir como promotores privados, pero también alojarse como acaudalados «bebedores de agua» entre finales del siglo XIX y la primera mitad del XX. De esta antigua estancia de gente adinerada, no muy lejos del Parque de las Fuentes, han sobrevivido varios edificios llamativos. La villa veneciana que tienes delante es un ejemplo perfecto. Se dice que es uno de los edificios más espectaculares del balneario y sabemos que fue diseñado en 1897 por el arquitecto de Vichy Henri Décoret. Fue un encargo de Jean-Baptiste Lambert, anticuario y comerciante de arte parisino. Sus gustos y su profesión influyeron sin duda en el fabuloso aspecto de la casa, que, con sus arcos apuntados, columnas retorcidas, capiteles en forma de col y cabezas de león en las esquinas de los balcones, nos transporta a medio camino entre Venecia y Bizancio. Inicialmente establecido en el sur de Francia, con dos tiendas en Cannes y Marsella, Jean-Baptiste Lambert optó por instalarse en Vichy durante unos diez años, para estar más cerca de su clientela noble que venía a tomar las aguas en los meses de verano. La Villa Vénitienne tenía pues una doble función: ser residencia familiar y «tarjeta de visita». El sótano se utilizaba como almacén, la primera planta se dedicaba a la exposición y presentación de obras a los clientes, y la última planta se utilizaba como alojamiento. En 1911, la Villa Vénitienne pasó a ser propiedad del célebre mercader de arte parisino Georges Bernheim, que también la convirtió en su vivienda y en galería. Catalogada como monumento histórico desde 1990, en la actualidad está dividida en tres pisos independientes. Aunque haya sido despojada de todos sus tesoros artísticos, la villa veneciana sigue siendo una obra arquitectónica en sí misma que nos encanta contemplar.

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