Pastilles de Vichy

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Símbolos de nuestra infancia y recuerdos duraderos, los dulces son el tipo de placeres culpables que son buenos para el alma, pero uno tan buenos para la salud. Sin embargo, hay algunas excepciones. Con sus míticas pastillas blancas octogonales, la «Reina de las Ciudades de Agua» te da precisamente ese capricho. Seguro que ya las has comido en alguna ocasión, pero ¿conoces algo sobre los orígenes de estos dulces locales, que se han convertido en un auténtico remedio? La historia de las pastillas de Vichy se remonta a 1824, cuando Jean-Pierre-Joseph d’Arcet, químico parisino, descubrió las virtudes digestivas del bicarbonato sódico, principal componente de las aguas minerales naturales de Vichy, tras una cura en la ciudad. D’Arcet estaba convencido de que esta increíble sustancia podía ser la solución a la dolorosa hinchazón que padecía con frecuencia. Así que, tras varios experimentos más o menos favorables, el químico desarrolló un proceso completamente nuevo bicarbonatando la ceniza de sosa en el agua termal de Vichy. No descontento con el resultado, se lo comentó al boticario Nicolas-François Regnault, quien aprovechó su trabajo para lanzar la producción de pastillas digestivas de sabor dulce en colaboración con el farmacéutico Pierre Batilliat. En 1853 se presentaron las primeras solicitudes de patente y se sustituyó el bicarbonato por sales extraídas del agua mineral para garantizar una composición más natural. Entre 1856 y 1860, las pastillas adoptan su legendaria forma octogonal para diferenciarse de los productos similares del mercado. Además, lucen las palabras «VICHY» en el anverso y «Établissement Thermal» en el reverso. Principalmente vendido en farmacias, el producto digestivo fue reconocido por su originalidad en un decreto imperial de 1862. Hay que decir que la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, era una ferviente consumidora. Como consecuencia, toda la aristocracia francesa se aficionó también. En 1914, el sindicato de farmacéuticos perdió un pleito crucial contra el confitero Moinet, de Vichy. Esto marcó el inicio de la venta libre de pastillas de Vichy entre varias marcas competidoras, que pronto industrializaron su fabricación mediante prensado mecánico. En 1981, se creó la marca «Pastille de Vichy» mediante la fusión de varias empresas dedicadas a esta actividad. Vendida y comprada varias veces, Pastille de Vichy pertenece hoy al grupo Carambar & Co y genera unas ventas anuales de 6 millones de euros. Con una fórmula sencilla a base de agua termal, sales minerales, azúcar y aromas naturales de menta, limón o anís, las pastillas de Vichy son 2,5 gramos de un inimitable saber hacer francés que sigue siendo tan popular como siempre.

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