Pabellón Sévigné

Cuidadosamente custodiado tras una reja, el Pabellón Sévigné es un tímido pero elegante edificio con una pequeña torreta a la izquierda. Aunque su construcción se remonta a 1624, no fue hasta mediados del siglo XIX cuando la propiedad adquirió su verdadero esplendor. Con la oleada devisitantes de balnearios ricos que acudían a Vichy para mimarse, los nuevos residentes, la familia Ravin-Charcot, tuvieron la buena idea de transformar esta antigua residencia privada en un hotel hacia 1842. Y para tener más posibilidades de éxito, incluso hicieron correr la voz de que una tal Madame de Sévigné, escritora francesa famosa por su correspondencia íntima, se había alojado una vez en su pabellón durante dos curaciones, en 1676 y 1677, para tratar el reumatismo de sus manos y rodillas. Puede que la información no fuera infundada, ¡pero tuvo el mérito de vender! La clientela noble acudió en masa al establecimiento, que rápidamente se convirtió en una dirección de alta gama, naturalmente rebautizado como Hôtel Sévigné. Requisado durante las dos grandes guerras mundiales, en particular para ser utilizado como hospital militar, el edificio conoció un destino completamente distinto cuando se convirtió en los apartamentos del Presidente de la República Albert Lebrun, y después en la residencia privada del Mariscal Pétain. Aunque Pétain celebraba allí sus reuniones de gabinete, Elisabeth Risler-François y su hermano, propietarios de una parte del edificio, escondían a judíos y desertores del Servicio de Trabajo Obligatorio, la mano de obra francesa puesta a disposición de los alemanes bajo el régimen de Vichy. Este admirable gesto les valió en 2010 el reconocimiento de «Justos entre las Naciones» por parte de Yad Vashem, el Instituto Internacional para la Memoria del Holocausto. Despojado de sus actividades hoteleras en 1995, el Pavillon Sévigné es una residencia privada desde 2002.