Iglesia Saint-Louis

Al final de esta cómoda esplanada, te invitamos a visitar la encantadora iglesia de Saint-Louis. Además de ser el principal edificio religioso de la ciudad, es interesante saber cómo surgió. O mejor dicho, ¿gracias a quién? La principal característica de la iglesia Saint-Louis es que fue construida en 1864 a instancias de Napoleón III. Durante su primera visita a Vichy en 1861, el emperador decidió asistir a misa en la iglesia de Saint-Blaise, el único lugar de culto en Vichy en aquella época. Pero cuando llegó, el párroco, avergonzado de recibirle en una iglesia tan pequeña y poco glamurosa, apeló al poder de su soberano para dotar a Vichy de una nueva iglesia digna de Dios. Su petición fue, cuando menos, atendida. En sólo diez días, un decreto imperial firmó la creación de un futuro recinto religioso en el casco histórico. Las obras comenzaron en 1862. Y en julio de 1865 se celebró allí el primer servicio religioso. Sin embargo, no fue hasta el año siguiente, durante su última estancia en Vichy, cuando Napoleón III descubrió el edificio, que él mismo había financiado, no con fondos propios, sino con su dotación personal. Una inscripción sobre la entrada principal recuerda su contribución financiera. Napoleón III invirtió tanto en la construcción de la iglesia de Saint-Louis porque era un homenaje a su hijo Luis Napoleón Bonaparte. De ahí su nombre. Una vez más, el interior del edificio contiene referencias a la familia imperial. Si observas con atención los vitrales del coro, diseñados por Antoine Lusson, te darás cuenta que varios miembros del entorno de Napoleón III han sido inmortalizados a ambos lados de Cristo. Su esposa Eugenia, su madre Hortense y su tío Napoleón I. La moraleja de la historia es que nada es demasiado bueno para el emperador, ¡y más cuando es él quien paga por ello!