Fuente de los Celestinos

Hay quien ya lo ha bebido al menos una vez y no se cansa de probarlo. Y hay quien sólo lo conoce por el anuncio de televisión, con su memorable eslogan: ¡Vichy Célestins, me sienta bien! Declarada de utilidad pública en 1861, la fuente de los Célestins es la más famosa de Vichy. Su extraordinaria historia se remonta al siglo XV, cuando los monjes de la cofradía de los Célestins, que vivían en el monasterio situado justo encima, la descubrieron por casualidad en una roca junto al río. Efervescente y con un sabor particular, los religiosos quedaron encantados con el agua que acababan de encontrar y decidieron urbanizar la zona que la rodeaba para hacerla más accesible. Una decisión acertada, dado el auge meteórico de esta agua termal fría, que hoy se vende en los supermercados de todo el mundo. Disponible en autoservicio en este pabellón neoclásico del siglo XX, al agua de Célestins se le atribuyen beneficios contra el insomnio, la fatiga y la migraña, como un remedio natural equivalente a la aspirina. De hecho, muchos deportistas acuden aquí a beberla para aliviar sus calambres. Con más de 60 millones de botellas vendidas al año, el agua de manantial Célestins se puede degustar gratuitamente. Así que adelante, toma un sorbo, o más si sientes una sed muy intensa durante tu visita a Vichy.