Chalets Napoléon Parte 1

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Vichy, La Fiebre del agua
Los visitantes pueden sentirse un poco desconcertados ante la visión de estas adorables viviendas a orillas del lago Allier, pero saber que fueron construidas como residencia para Napoleón III y su séquito siempre causa impresión. Por supuesto, no estamos hablando de gente común como tú y yo. Hablamos del segundo emperador de los franceses y de todos sus súbditos. Napoleón III era un hombre políticamente poderoso, pero también un enfermo, propenso a los dolorosos cálculos renales. Con la esperanza de aliviar su dolencia, o curarla lo mejor posible, sus médicos le enviaron a un tratamiento balneario de 3 semanas en Vichy, que en aquella época parecía más bien un pueblo grande. Al emperador le gustó el lugar e incluso vio la oportunidad de desarrollar el destino como uno de los baluartes del turismo balneario francés, listo para competir con los balnearios alemanes. Se puso en marcha un vasto programa urbanístico que incluía la creación de una estación de ferrocarril, un casino-teatro y el desarrollo de parques a lo largo del Allier. Vichy se transformó en una ciudad turística de moda, también popular entre los turistas extranjeros. Como Napoleón III volvía cada año a la «reina de las ciudades balnearios» para tratarse, acompañado de toda su corte, hizo construir estos espaciosos chalés para su uso personal. En el número 101 del bulevar, se encuentra el Chalet des Roses. Fue el ministro de Finanzas de Napoleón III quien encargó su construcción al arquitecto Lefaure en 1863. Con toda modestia, pidió que su residencia fuera un calco de las que iba a habitar el Emperador justo al lado. Además de su colección de más de 50 especies de rosas, fue sobre todo su instalación de sanitarios de porcelana, equipados con un sistema de «armario de válvulas» importado de Inglaterra, lo que justificó su elevado estatus. Muchas grandes personalidades se alojaron en este chalet, entre ellas la Gran Duquesa Marie de Rusia, hermana del Zar, e Ismaël Pacha, Virrey de Egipto. En el número 105, se encuentra el chalet «Eugénie». Terminado en 1864, aquí es donde Luis Napoleón Bonaparte pasó la mayor parte de su infancia en Vichy. La letra E, dominada por la corona imperial en la puerta de entrada, recuerda quién fue su feliz ocupante. O para ser más precisos, la afortunada ocupante, Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. A pesar de su elegante arquitectura exterior y de las numerosas salas de recepción y dormitorios abiertos al parque, el chalet no tenía ningún valor para la bella española. ¿El motivo? Ofendida por la inconstancia de su marido en la estación, Eugenia de Montijo no volvió a pisar Vichy.

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