El teatro La Fenice

Quién no ha escuchado en boca de un ser querido, de un amigo o de un conocido, que las apariencias engañan. Increíble pero real, detrás de esta discreta fachada neoclásica se esconde una de las escenas líricas más bellas del mundo. Sí, escuchaste bien, del mundo. Tras el incendio del teatro del barrio en 1773, se construyó e inauguró una nueva sala en 1792, con el nombre de La Fenice. Y qué mejor, como nombre, que el término Fénix, para renacer de sus cenizas. Desde sus inicios, la nueva escena lírica acoge las óperas más importantes de Europa, como las de Bellini, Rossini y, por supuesto, Verdi. Mientras su fama sube como la espuma, el edificio cultural es víctima por segunda vez de las llamas de un incendio. Al igual que en el desastre anterior, los trabajos reproducen una copia exacta del sitio, en lugar y apariencia. En la reapertura, una destacada obra de Maria Callas, de tan solo 24 años, le devuelve al teatro todo su protagonismo. Pero solo por un tiempo, porque, como dice el dicho: no hay dos sin tres. Un tercer incendio, esta vez criminal, será orquestado en 1996. Luego de 8 años de trabajo, financiamiento local y colaboración internacional, La Fenice vuelve a la vida en 2003, y nunca ha terminado desde entonces. Hoy en día, el éxito sigue presente, y si decides visitar su interior, prepárate para descubrir una elegancia poco común.