El puente de los Suspiros

Cualquiera que haya podido acercarse a ella te dirá que esta figura veneciana fascina tanto por su belleza, su historia y todas las leyendas que la rodean. Construido a principios del siglo XVII, el Puente de los Suspiros sirvió una vez como conexión entre el Palacio Ducal y del otro lado la nueva prisión. De esta manera, los acusados que acababan de recibir su sentencia eran inmediatamente encerrados para cumplir su condena. Al cruzar esta pasarela, los condenados pasaban por un doble pasillo que les impedía cualquier comunicación visual, u oral, entre ellos. La única comunicación que podían esperar era una última mirada hacia la laguna, a través de las ventanas enrejadas, que les dejaba el recuerdo de esa libertad perdida. En cuanto a los suspiros, lamento decepcionarte. En ningún caso se trata de una referencia romántica, sino de los suspiros soltados por los futuros presos, destinados al calabozo o a las salas de tortura. Aunque suspiro, en realidad no es el término exacto. Es más justo decir que muchos gritaron su inocencia, de manera desesperada, pero inútilmente. Al igual que un cofre extremadamente bien cerrado, la estructura gruesa del puente ahogaba las voces de estos hombres invisibles. Discreción asegurada, secretos bien guardados, y todo eso sin riesgo alguno de fuga. No se puede negar que el Puente de los Suspiros era un excelente medio de confinamiento y remordimiento.