El Palacio Ducal

Si hay un palacio que supera a todos los demás en Venecia, es el que está a tu derecha. Debido a su prestigioso pasado y a su sublime arquitectura, el Palacio Ducal sigue siendo uno de los símbolos más grandes de la ciudad. Su historia comenzó en el siglo IX con el aspecto de un castillo fortificado que, tras un incendio, fue reconstruido para servir de fortaleza, pero también como prisión. Sin embargo, como nos deja ver tan bien su nombre, el monumento es mejor conocido por haber sido la residencia de los dogos y la sede del gobierno y la justicia durante más de 10 siglos. En total, 120 dogos, o 120 antiguos jefes de la República de Venecia, han llevado las riendas de la ciudad en este lugar histórico. Lo que explica la importancia dada a la arquitectura veneto gótica, en este sitio entre los siglos XII y XVI, para estar en total adecuación con el poder político y administrativo que allí se concentraba. Compuesto por tres grandes edificios, más o menos antiguos, el Palacio Ducal está abierto al público en general. El recorrido de la visita comienza en la Porta del Frumento o en la famosa Porta della Carta, donde el león de San-Marcos, santo patrón de la ciudad, y el dogo Francesco Foscari se encuentran cara a cara. Después de eso, aparecen uno tras otro la escalera de los Gigantes, donde estaban coronados los dogos, las diferentes salas judiciales e institucionales, los apartamentos de los dogos y, por último, la armería seguida de la prisión. Obra maestra de los más grandes artistas de la época, tanto por dentro como por fuera, el Palacio Ducal es simplemente el guardián de la memoria de la historia veneciana.