El Palacio Contarini del Bovolo

Perdido en un laberinto de callejones sin salida, el Palacio Contarini del Bovolo es un pequeño tesoro escondido. Construido probablemente en el siglo XIV, el edificio vio nacer su fama cuando una rama de la familia veneciana Contarini lo convirtió en su residencia. Un lugar bastante bien elegido por este poderoso linaje que, conocido por haber proporcionado ocho dogos a la ciudad, pudo establecerse muy cerca de la Plaza de San Marcos, es decir, el lugar de poder de la época. Más que sus páginas de historia, fue su aspecto arquitectónico el que dio a conocer el lugar. Inspirados por el Renacimiento florentino y la Torre de Pisa, los ricos propietarios construyeron esta magnífica escalera de caracol, en el exterior del palacio, en 1499. Enrollada alrededor de una torre, como el caparazón de un caracol, o “bovolo” en veneciano, esta curiosidad artística alterna balaustradas y arcadas, de piedras blancas y ladrillos, para un resultado gráfico particularmente estético. Para aquellos que deseen visitar el interior y disfrutar del mirador encaramado a 28 metros de altura, la entrada tiene un costo.