Puerta Saint-Vincent
Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visita Vannes, La ciudad de los Venetos
Te encuentras en la Plaza Gambetta. Detrás de ti, se encuentra el Puerto de la Marle y frente a ti, un hermoso semicírculo de edificios del siglo XVIII que enmarca la Puerta Saint-Vincent.
Reconstruida al mismo tiempo que los edificios que la rodean, esta puerta fue tallada originalmente en la muralla a principios del siglo XVII. Podrás ver la estatua del patrón de la ciudad bendiciendo tu entrada y, bajo el nicho, el escudo de armas de Vannes.
Si te fijas, reconocerás el armiño, símbolo de Bretaña, rematado por una corona de tres torres que representan la ciudad fortificada. Lo acompañan dos galgos, obsequio de Francisco I de Francia durante su visita en 1532.
¿Por qué el armiño está tan ligado a Bretaña y a su lema: antes morir que ser profanado? Existen varias leyendas, pero la más conocida cuenta cómo, durante una partida de caza organizada por Ana de Bretaña, un armiño fue atrapado por los perros. En lugar de cruzar un estanque fangoso y huir, el animal se dejó atrapar, como si hubiera elegido morir antes que ensuciarse. Conmovida por esta valentía, la duquesa salvó al animal, y vio en este acto un digno refrán para su ducado
. Y ya que hablamos de explicaciones históricas, permítanme que les hable un poco de la etimología de Vannes. Los romanos bautizaron la ciudad con el nombre de «Darioritum», que, seamos sinceros, no tiene nada que ver con Vannes. El nombre derivaba de la palabra vado, que significaba un paso en el río ya que se podía cruzar a pie. Ademas, este se encontraba donde hoy está la puerta de la prisión o «Porte-Prison».
Sin embargo, al final del Imperio Romano, se generalizó la costumbre de dar a las ciudades el nombre de sus habitantes. Así, al igual que la antigua ciudad romana de Lutecia, que tomó el nombre de los parisinos que la habitaban, Darioritum se convirtió en la ciudad de los Venetos, en Venitis, que nos llevó hasta Vannes.
Y para una pequeña lección de lengua regional, ¡recuerda que Vannes se llama Gwened en bretón!
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