Prefectura

Este imponente edificio en forma de U es la Prefectura de Morbihan. Fue construido sobre un antiguo convento e inaugurado en 1865. Aquí, lo que nos interesa es el frontón, que narra la historia ancestral de Vannes. Un frontón es un ornamento vertical, generalmente triangular, sobre la entrada de un edificio. En él se pueden ver dos figuras importantes de Bretaña: Nominoë y Alano II de Bretaña. Si no eres británico, lo más probable es que no signifiquen mucho para ti.

Nominoë fue un héroe del siglo IX. Liberó a los pueblos de Armórica y condujo a una Bretaña unida a siete siglos de independencia. Se le considera el padre del reino de Bretaña. Si visitas la región, verás calles con su nombre en Rennes, Vannes, Saint-Malo, Saint-Brieuc, Brest y Quimper.

Cabe estacar que Alano II de Bretaña fue el último rey de Bretaña y su primer duque. En aquella época, Bretaña era presa de las grandes invasiones vikingas. Esta vez, los vikingos no se contentaron con saquear, sino que también se asentaron y crearon principados en estas tierras. El caos era total. Sin embargo, gracias a nuestro Alano 2 de Bretaña, entonces exiliado en la corte del rey Athelstan, Bretaña fue finalmente liberada de los invasores el 1 de agosto del año 939. Cabe destacar que este rey fue el 1ro de Inglaterra, y padrino de Alano.

El reino se había liberado de los escandinavos, pero seguía inmerso en las tormentas de otros conflictos y vivía sus últimas horas. Conservó sus fronteras, pero se convirtió en ducado con Alain Barbetorte como primer duque. Hasta aquí la historia antigua. Además de estas dos figuras emblemáticas de una época orgullosa y guerrera, se pueden ver otros elementos interesantes.

Entre los dos hombres, se puede ver el águila imperial del Segundo Imperio, en uso cuando se construyó la prefectura, así como locomotoras, símbolo de la llegada del ferrocarril a Vannes en 1862, acontecimiento que impulsaría a Vannes hacia una nueva economía y un renacimiento arquitectónico.

Se puede aprender mucho examinando los detalles de un frontón. Por eso dejaré que lo observes a tu antojo, antes de continuar por la calle Alain le Grand y girar a la izquierda por la calle Francis Decker.