Calle Saint-Gwenaël

Llegamos a la Calle Saint-Gwenaël, una bonita callejuela pavimentada que bordea la catedral. Esta callejuela medieval, de trazado irregular, se llamó primero «rue de la paix» o Calle de la Paz y después «rue du four duc» o Calle del horno del duque, situada en el número 13.

Está bordeada de bellas casas con entramado de madera, entre ellas los números 17/19, que se cree son las más antiguas de las 170 casas con entramado de madera que se conservan en Vannes. El archivo más antiguo encontrado data de 1476, pero los expertos creen que se construyeron un siglo antes.

Sea como fuere, la calle Saint-Gwenaël sigue resonando con los tiempos que ha atravesado y forma parte esencial del patrimonio histórico de Vannes. Si continúas tu camino, llegarás a la Place Brûlée, detrás de la catedral. Este curioso nombre evoca un incendio devastador que marcó la historia de la ciudad.

En 1844, las casas con entramado de madera adyacentes a la catedral se incendiaron. Sin embargo, los imponentes muros de piedra de la catedral pudieron bloquear el avance de las llamas y proteger el resto de la ciudad. Esta tragedia dejó una profunda huella en la mente de las personas.

Tanto es así que se decidió dejar el espacio creado por el incendio y bautizarlo como la Plaza Quemada, en conmemoración de aquel terrible día.