Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir

La iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro es una de las joyas más fascinantes de la Comunidad Valenciana. Y si hay algo por lo que Valencia es famosa, es por sus impresionantes edificios, con sus hermosas vistas y decorados hasta el último detalle, desde el suelo hasta el techo. Construida hacia 1242, la iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro fue una de las doce primeras parroquias cristianas de la ciudad. Fue establecida después de que el rey Jaime I conquistara el territorio poniendo fin al dominio musulmán. El monumento religioso fue reformado entre 1419 y 1455 por una familia noble local. En el siglo XVII, el interior se renovó completamente con decoraciones barrocas y frescos que representaban escenas de la vida de San Nicolás y San Pedro. Los frescos cubren todas las bóvedas, y los visitantes disfrutan tomándose su tiempo para admirarlos. Entre pausas, los observan detenidamente, descifrando cada escena como si siguieran una historia narrada. Una obra pictórica que se ha hecho impresionante con la última restauración llevada a cabo en 2016. Tanto es así que la iglesia es conocida popularmente como la «Capilla Sixtina» de Valencia. En la época romana se utilizaba como templo para rendir culto a las divinidades locales. Si eres un conocedor de la ciudad, sabrás que fue fundada por los propios colonos romanos en el año 138 a.C. Luego, durante el periodo islámico de la ciudad, el edificio se transformó en mezquita, y el templo fue donado a la orden dominica por el rey Jaime I de Aragón. San Nicolás Obispo era el patrón de la orden dominica, de ahí el nombre de la iglesia. También hay una historia muy intrigante sobre el altar dedicado al dominico de Verona, llamado San Pedro Mártir. Se dice que entre estos muros tuvo lugar un milagro de vida, ya que se salvó un recién nacido. Desde entonces, se ha convertido en un lugar respetado donde la gente se siente segura y protegida.