Estación del Norte

No te des la vuelta cuando llegues a la estación del Norte de Valencia. Con un estilo bastante diferente al de su vecina, la plaza de toros, la estación muestra una cara más moderna del destino. Inaugurada en 1917, el edificio siempre ha tenido un color amarillo mucho más vivo del que estamos acostumbrados a ver en los edificios civiles. Por lo tanto, es fácil confundirlo con un jardín sacado directamente de un cuento de hadas. Basta con echar un vistazo a las paredes cubiertas de motivos vegetales, con sublimes flores de mil colores floreciendo a tu alrededor. Está muy lejos del cliché de la estación oscura y a menudo lúgubre a la que estamos acostumbrados, ¿verdad? La estación principal de Valencia, conocida por su construcción homogénea y fachadas simétricas con un toque gótico, destaca por sus muros robustos y su arquitectura imponente. Además, rinde homenaje a la industria y cultura de la región mediante la representación de una fruta emblemática de la ciudad. He aquí una pista: la fruta es de colores brillantes, de forma esférica a ovalada, y es conocida por sus propiedades energizantes y por aportar las vitaminas que necesita el cuerpo humano. ¿La has encontrado? Conocida por su piel fina y su elevada concentración de zumo ligeramente ácido, la naranja de Valencia puede verse tanto en las vidrieras del porche de entrada como en los frisos de cerámica de todo el edificio. En el interior tampoco se deja de lado el arte, con la gran calidad de los mosaicos de los techos y la profusión de loza de colores en suelos y paredes. Sin duda, una vez que hayas llegado a Valencia, la visita a la Estación del Norte es muy recomendable.