Catedral Saint-Etienne

¡Llegas frente a la Catedral de Saint-Étienne, un monumento emblemático de Toulouse! ¡Sí, emblemático, pero también atípico! Su apariencia, constantemente remodelada desde el siglo XIII como si intentara igualar la audaz basílica de Saint-Sernin, le otorga un aspecto peculiar, como si estuviera incompleta o, en todo caso, poco convencional. Sería necesario ver los planos o al menos verla desde el cielo para darse cuenta mejor. Presenta una especie de ruptura, resultado de la combinación de dos estilos de construcción: una Nave de Raimundo de estilo gótico meridional que termina en un coro de estilo gótico del norte, ¡dando la impresión de que le falta un trozo! En realidad, lo que sucedió es que en el siglo XIII, después de que Toulouse fuera anexada a la corona de Francia, se decidió construir un enorme coro en estilo gótico radiante, como en la Isla de Francia. La idea era construir una nueva catedral digna de las más importantes de Europa, destruyendo la antigua a medida que avanzaban los trabajos. Pero, sin entrar en detalles sobre las organizaciones de diócesis y arquidiócesis, ya no había suficiente dinero dedicado a esta construcción y tuvieron que hacer el intento de conectar la nave con el coro como pudieron. Dadas las circunstancias, ¡no lo hicieron tan mal después de todo! Se lanzaron varios proyectos en los siglos XIX y XX por parte de arquitectos ambiciosos y preocupados por devolverle a la catedral la apariencia que debería haber tenido, pero todos fueron abandonados. Sinceramente, es mejor así. ¿Por qué todo siempre tiene que ser recto y simétrico? La belleza radica en las diferencias y la catedral de Saint-Étienne, con su originalidad, nos cuenta toda una historia que de otro modo habría sido olvidada.