Sinagoga de Santa María la Blanca

Continuando en la antigua judería de Toledo, esta vez te encuentras frente a la sinagoga de Santa María la Blanca, que es una de las más antiguas de España. Fue construida en 1180 por obreros mudéjares, es decir, musulmanes que se quedaron en la ciudad tras la toma de Toledo por los católicos que pagaban un impuesto como no cristianos. Su interior es de visita imprescindible. Es sorprendentemente espléndido, con sus pilares que sostienen arcos en forma de herradura, todo ello de un blanco deslumbrante. Cualquiera diría que se trata de una mezquita. Además, no existe una sala reservada a las mujeres, como en las sinagogas tradicionales. Casi un siglo después, en 1260, Alfonso X concedió a la comunidad judía un permiso excepcional para reconstruir su templo como la sinagoga más grande y hermosa de España. Te dejaré que admires la delicadeza del diseño resultante. El edificio fue financiado por la comunidad judía de Toledo y reconstruido por albañiles mudéjares bajo el nombre de Sinagoga Mayor. Se convirtió en el principal lugar de culto de la cultura hebrea en Toledo, y a ella acudió durante más de un siglo la comunidad judía de la ciudad para rezar y estudiar el Talmud, uno de los textos fundamentales del judaísmo rabínico. Pero este periodo de paz llegó a su fin con el ataque a la Judería en 1355 y las matanzas de 1391. Fueron los famosos pogromos del siglo XIV, apodados los bautismos sangrientos. Estas conversiones forzadas y masacres comenzaron en 1391 en Sevilla, antes de propagarse por todo el Reino de Castilla y luego por la Corona de Aragón. En 1405, tras las persecuciones, la sinagoga fue convertida en iglesia. En la actualidad, esta sinagoga-museo no tiene ninguna función religiosa. Sigue perteneciendo a la Iglesia católica y está catalogada como bien de Interés Cultural.