Puerta Kaminarimon

La puerta que tienes ante ti marca la entrada a Senso-ji, el templo más antiguo de la capital. Su origen se remonta al año 942, ¡hace más de 11 siglos! Por desgracia, éste no es el original, ya que ha sido destruido varias veces a lo largo de su historia. El que contemplas hoy sólo data de 1960, pero sigue siendo un verdadero testimonio de la belleza y grandeza de las puertas que se construyeron en aquella época. Ésta es la puerta exterior del templo; la interior se encuentra un poco más adelante. Con más de 11 metros de alto y 11 metros de ancho, es imposible pasarla por alto, sobre todo porque conduce a una de las calles más emblemáticas de Tokio. Fíjate en su impresionante decoración: en su fachada hay estatuas de dos dioses sintoístas, Fujin, el dios del viento, y Raijin, el dios del trueno. En el otro lado, el dios budista Tenryu y la diosa Kinryu adornan la parte posterior. Están ahí para proteger el templo de las tormentas y los incendios. Además, una enorme linterna roja, conocida como chochin, cuelga bajo el arco de la puerta: de casi 4 metros de alto, 3 de ancho y 700 kg de peso, y da la bienvenida a los visitantes al recinto senso-ji al estilo tradicional japonés. Mira hacia arriba cuando pases por debajo y verás un dragón esculpido que no te puedes perder. Un monumento que despierta la curiosidad y aporta elegancia a la entrada de uno de los lugares más sagrados de Tokio.