Opéra de Sydney

Monumento emblemático de Sídney, conocido en todo el mundo por su arquitectura única, la ópera es una verdadera obra maestra del arquitecto danés Jorn Utzon. Inaugurada en 1973, revela un estilo arquitectónico que recuerda a las velas de un barco, dándole ese aspecto tan peculiar que todo el mundo reconoce fácilmente.

Construida en una parte de Sídney que, además, tiene el don de realzarla, esta ópera se ha convertido rápidamente en una de las atracciones turísticas más codiciadas del destino. Hay que decir que fue necesario desplegar recursos extraordinarios para construirla: originalmente debía construirse en solo 4 años, pero al final tardó más de 14 años en completarse, con un costo total de 102 millones de dólares. Hay que tener en cuenta que originalmente, la construcción solo debía costar 7 millones de dólares…

Se encuentra en el Bennelong Point, punta de la península que se adentra en el puerto de Sydney, llamado así en honor a un hombre aborigen que ayudó mucho a establecer el contacto entre los nativos y los colonos recién llegados a las tierras.

Fue en la década de 1940 que se dio la idea de construir una ópera, especialmente para hacer de Sydney un verdadero centro cultural, más grande que el antiguo que ya no podía albergar a todos los habitantes de la ciudad. El arquitecto danés Jorn Utzon, aún desconocido en ese momento, gana el concurso y se hace cargo de la construcción de este imponente monumento, pero su proyecto no sale como estaba previsto: ante el coste creciente de la construcción de la ópera, el arquitecto se hizo de muchos enemigos y se verá obligado a dimitir incluso antes de haber terminado su obra que, sin embargo, forma parte de las obras más ingeniosas del mundo contemporáneo. Después de su renuncia, se promete a sí mismo, no volver nunca a Sydney.

Con una longitud de 183 metros y una anchura de 120 metros en sus lados más grandes, la ópera alberga una gran sala de conciertos con capacidad para casi 2700 espectadores, una sala de ópera con más de 1500 asientos, dos salas de teatro, un estudio de teatro, así como restaurantes y cafeterías. Fue inaugurada en 1973 por la reina Isabel II, un evento televisado que se acompaña de magníficos fuegos artificiales con la Novena Sinfonía de Beethoven como fondo sonoro.

Una verdadera innovación tecnológica, esta obra maestra da la vuelta al mundo rápidamente desde el principio de su construcción y sorprende por su arquitectura moderna e ingeniosa que no deja de sorprender, incluso hoy en día, a los visitantes, especialmente durante las increíbles puestas de sol australianas o durante los fuegos artificiales que salen de ahí arriba. Con toda esta información, no hace falta decir que la Ópera de Sydney, por supuesto, está clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ¿verdad?