La Giralda

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Así que éste es el famoso minarete del que tanto hemos oído hablar. En tiempos de los visigodos, había una pequeña iglesia en el lugar de la Catedral de Sevilla, pero fue destruida cuando los omeyas se hicieron con el control de la Península Ibérica. Entonces mandaron construir una gran mezquita en el lugar donde hoy está la iglesia del Salvador. Fue en el siglo XII, con la llegada de los almohades, cuando se construyó la gran mezquita de la que forma parte la Giralda. Decididos a hacer de la ciudad su capital, precisaban de una suntuosa mezquita. Las obras comenzaron en 1172 y la mezquita se inauguró 10 años más tarde. El templo tiene 17 naves sostenidas por arcos de herradura quebrados, típicos de la arquitectura de los reinos de taifas, como puede apreciarse en la mezquita de Córdoba. Un patio interior bordea la sala de oración, en la parte que hoy forma el patio de los naranjos. Unos años más tarde, el califa encargó al arquitecto que añadiera a la mezquita un minarete gigantesco, al estilo de la Koutoubia de Marrakech o la Torre Hassan de Rabat. Terminado en 1198, el alminar mide 97,5 metros de altura y está coronado por cuatro esferas de cobre. Se convirtió en uno de los monumentos más admirados de Al-Ándalus, y en su momento fue la torre más alta del mundo. En 1356, un terremoto dañó gravemente la mezquita y la torre perdió su corona de esferas. En 1558, el arquitecto Hernán Ruiz recibió el difícil encargo de construir un campanario sobre el alminar. Transcurridos 10 años, la estatua de bronce de la Fe se instaló en la cima, marcando el final de las obras y una nueva altura de 104 metros. Esta estatua, que gira sobre su base con el viento como una veleta, dio al antiguo alminar su nombre de Giralda.

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