Mercado Central

Desde aquí, no estás lejos del mercado principal de Santiago. Si tienes hambre, éste es el lugar ideal para descubrir la gastronomía local y entrar en contacto con los lugareños. Entra en el Mercado Central, construido en el siglo XIX, y te despertarán los colores, los olores y el frenesí de un lugar que ha desempeñado un papel importante en la vida de los lugareños desde 1872. Si te gusta el pescado y el marisco, entonces te espera un placer, pero si no, tendrás que seguir tu camino, porque aunque puedas encontrar dulces, pan caliente, frutas exóticas y quesos artesanales, el punto culminante del espectáculo es el enorme mercado de pescado. Los puestos rebosan de cangrejos, langostas, erizos de mar, ostras, mejillones y una increíble variedad de pescados y mariscos de todo tipo. ¡Y no hace falta ponerse a cocinar! Venimos al Mercado Central por sus numerosos restaurantes que sirven las mejores especialidades chilenas, ¡en un ambiente auténtico e inolvidable! Por ejemplo, puedes probar el caldillo de congrio, una especie de anguila de mar. El caldo se hace con restos de pescado cocidos a fuego lento en vino blanco con cebollas, zanahorias, apio, perejil, tomillo y laurel. También se puede servir con gambas o marisco. Otra especialidad que merece la pena descubrir es el Chupe de Centolla. Se trata de un gratinado hecho con centolla, el cangrejo rey de Chile, frita en ajo y cebolla con pan mojado en leche y queso. Un plato delicioso. Si quieres probar una gran especialidad chilena sin pescado, toma un pastel de choclo. Este plato tradicional, presentado en forma de picadillo, es un gratinado de crema de maíz y carne picada al que tradicionalmente se añaden pasas sultanas y huevos duros. Y si sólo quieres algo para picar antes de seguir descubriendo la ciudad, las diversas empanadas, estos buñuelos rellenos fritos u horneados, te darán tantas posibilidades gustativas como puedas soñar.