Castillo de la Mota

Aquí te encuentras ante el monumento emblemático de la ciudad: el Castillo de la Mota. Auténtico símbolo de San Sebastián, fue construido a principios del siglo XII por orden del rey Sancho VII de Navarra. El lugar, protegido de las olas y los vientos, era ideal para esta fortaleza, que ha desempeñado un papel importante en la historia de la ciudad. Fue aquí, en 1719, donde la ciudad capituló por primera vez ante los franceses. De hecho, en la Edad Media, San Sebastián pertenecía al Reino de Navarra, y el rey no tardó en construir allí un puerto para convertirlo en lugar de intercambio y comercio. Pronto se convirtió en uno de los principales puertos de España, codiciado por las grandes potencias de su entorno: Francia, Inglaterra y Portugal. Francia logró tomar la ciudad por primera vez en 1719, pero fue rápidamente reconquistada por los españoles pocos años después. Durante el siglo siguiente, sin embargo, británicos, franceses y españoles tomaron posesión de la fortaleza sucesivamente, hasta 1813. En esa fecha, mientras los franceses mantenían San Sebastián, los aliados británicos y portugueses establecieron un largo asedio, obligando a los soldados franceses a retirarse aquí, al castillo. Y el 31 de agosto de ese año, tras numerosos bombardeos, la ciudad se incendió, sin dejar tras de sí más que el castillo y algunos edificios al pie de la colina. Afortunadamente, después de tanta codicia, el castillo de la Mota dejó algunos rastros que dan idea de la magnitud del complejo defensivo que se había montado para defender a la ciudad y a su población. Fue alcanzado por un rayo varias veces a lo largo de su existencia, y fue modificado, remodelado y restaurado por los numerosos reyes que lo habitaron. Es en 1921, cuando San Sebastián fue completamente reconstruida, y el castillo se incluyó en la lista de Monumentos Históricos del país, lo que permitió a visitantes de todo el mundo descubrirlo en lo alto de su colina. Su gran estatua con vistas a la bahía de La Concha, colocada sobre una de las capillas del castillo en 1950, y sus cañones orientados hacia el mar, recuerdo de la función defensiva del castillo, lo convierten en una visita obligatoria. Y si quieres saber más sobre la fascinante historia de San Sebastián, en el castillo hay un museo para deleitar a los visitantes.