Russian Hill

Nos encontramos en el elegante distrito de Russian Hill. El nombre se remonta a la fiebre del oro, cuando los recién llegados descubrieron un cementerio ruso en la colina. Los cadáveres descubiertos nunca han sido debidamente identificados, pero se atribuyen a los comerciantes de pieles y marineros rusos que se asentaron en Fort Ross. Fort Ross fue fundado en 1812 por colonos rusos procedentes de Alaska que buscaban tierras más fértiles en el sur. Situado a 80 km de San Francisco, era el punto más meridional de lo que se conocía como la América rusa, periodo durante el cual el Imperio Ruso poseía tierras en Norteamérica, desde Alaska hasta Fort Ross. Pero, como puedes imaginar, la convivencia no iba a ir demasiado bien, en una época en la que todos querían un trozo del pastel, y a ser posible, el más grande. La nueva España, preocupada por la presencia rusa, empezó a construir presidios, o fortalezas, para proteger sus misiones, y en 1821 México se independizó del reino español. El nuevo país era mucho más grande de lo que es hoy, y California formaba parte de él. Más tarde, les tocaría a los mexicanos construir cuarteles para detener la expansión del territorio ruso. En aquella época, imagínate, los ingleses tenían Oregón y la Columbia Británica, los rusos la costa oeste de Canadá y los españoles California. Así que, inevitablemente, las relaciones eran tensas y complicadas. James Monroe, el quinto presidente de Estados Unidos, hizo todo lo que pudo para acabar con las influencias extranjeras e hizo firmar un tratado en 1824 que redibujaba las fronteras y ponía a todos más o menos de acuerdo. En cualquier caso, la presencia rusa terminó con la venta de Alaska a Estados Unidos en 1867. Vendida por 7 millones de dólares: ¡una ganga! ¡Todo eso para explicar por qué esta colina se llama Colina Rusa!