Ya sea iluminada por la noche o bañada en luz a última hora de la tarde, Salamanca no tiene un momento concreto del día en el que pueda apreciarse en toda su plenitud. Y en cierto modo, eso es bueno, porque quien se propone descubrir Salamanca se enfrenta automáticamente a un intenso programa de visitas. Hay todas las verdaderas maravillas del casco histórico incorporadas meticulosamente en nuestro
recorrido turístico. Además de otros sitios que nos gustaría añadir aquí, si aún dispones de energía y tiempo para dedicar a la bella Salamanca y sus alrededores.
Más visitas imprescindibles
No se te habrá escapado que, además de ser una ciudad universitaria en perpetua efervescencia intelectual, Salamanca es también una urbe que destila religiosidad. Si al viajero no le queda más remedio que visitar sus dos admirables catedrales, una tras otra, lo mismo ocurre con el resto de edificios religiosos emblemáticos que tiene.
En la categoría de conventos, por ejemplo, sería una pena no visitar las Ursulinas. Ligeramente apartado de los caminos habituales, este lugar de culto fue fundado en 1490 por el arzobispo Alfonso Fonseca. En el exterior, domina la sobriedad, pero en el interior, el estilo gótico de la iglesia hace que sea aún más digna de contemplar. Sobre todo cuando se mira al techo y se ven las bóvedas de crucería salpicadas de estrellas.
A solo 800 metros de nuestra dirección, el colegio Arzobispo Fonseca tiene una historia similar. Construido en 1538, la fachada de este monumento religioso carece de fantasía arquitectónica, aparte de la única decoración visible en el portal de entrada. Pero si accedes al patio del claustro, verás que esta serie de bóvedas estrelladas produce el efecto contrario.
Sí a la gastronomía
Antes de adentrarte en el resto del programa, hemos pensado que un pequeño paréntesis gastronómico te sentará de maravilla. En la Plaza Mayor se encuentra el café más antiguo de la ciudad, fundado en 1905: el Novelty. Además de haber sido punto de encuentro de personalidades como Gonzalo Torrente Ballester (cuya estatua está en su interior) sirve muy buenas especialidades españolas y locales. Horchata, Sangría, Lentejas de Armuña, ya está claro que va a ser difícil elegir…
¡Por aquí las fotos!
Ya sea iluminada por la noche o envuelta en luz a última hora de la tarde, la arquitectura del casco antiguo de Salamanca no tiene una hora fija para ser apreciada en su totalidad. Sin embargo, puede ser interesante contemplarla desde distintos ángulos. En parte realzada por la vegetación, como es el caso del jardín de Calixto y Melibea, ubicado en la ladera de la antigua muralla de Salamanca, a orillas del río Tormes. O bien completamente aérea, si pagas el acceso a la cima de las torres de la Clerecía.
Arte en el museo
Como orgullosa capital de la cultura en 2002, la “Dorada” ha asumido el reto de transformar su antigua cárcel en un nuevo atractivo turístico y cultural. Se trata del Domus Artium 2002, un centro de arte contemporáneo y nuevas tecnologías comprometido con las últimas tendencias artísticas. Numerosos artistas emergentes se dan a conocer a través de exposiciones y talleres, todos ellos totalmente gratuitos.
Un pequeño recorrido por los alrededores
Después de Salamanca, la ciudad, ¿qué tal un recorrido por Salamanca, la provincia, y sus alrededores? En esta región rica en patrimonio histórico, artístico y natural, hay varios lugares que merecen una visita.
En primer lugar, la villa de Arapiles, aunque solo sea para pisar el mítico campo de batalla donde se enfrentaron las tropas aliadas francesas ycontra las angloportuguesas en 1812.
Luego están los pueblos de carácter medieval y arquitectura tradicional, como Ciudad Rodrigo, Béjar, Ledesma o La Alberca, primer municipio rural de España declarado monumento histórico nacional.
También está el Camino de Hierro, una ruta de senderismo a lo largo de una vía férrea cerrada al tráfico, o el parque natural de las Arribes del Duero.
Y por último, las ciudades de Zamora, Ávila y Segovia.
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