Astilleros atlánticos
Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visita Saint-Nazaire, Bajo el concreto, la historia; y en el acero, los emblemas.
Algunos dirán que en Saint-Nazaire solo sev ven grúas y pórticos. A este comentario, no podemos evitar responder: ¿y si hubieran llevado su curiosidad un poco más allá?
No se trata de ver unas instalaciones fuera de lo común que restan belleza al paisaje, sino una gigantesca base portuaria industrial, abierta al mundo entero, dentro de la cual nació el mundo aparte, gigantesco y fascinante de Chantiers de l’Atlantique.
En una relación de más de 160 años, la industria naval y Saint-Nazaire han dado vida a algunos de los mayores transatlánticos, petroleros y buques metaneros del mundo. El France, el Normandie, el Batillus y el Prairial son probablemente los nombres más conocidos.
Pero en realidad ha habido más de un centenar de gigantes de los mares como ellos. Y eso es mucho decir. La gran aventura de la construcción naval en Saint-Nazaire comenzó en el siglo XIX, cuando el emperador Napoleón III decidió modernizar las instalaciones portuarias para convertirla en una ciudad pionera del tráfico marítimo transatlántico.
En enero de 1862, el industrial escocés John Scott, firmó un contrato con los hermanos Pereire, banqueros de Burdeos que dirigían la Compañía General Transatlántica, para construir cinco transatlánticos. La familia Scott, famosa por su pericia en la construcción de buques de casco metálico, formó a una mano de obra regional de campesinos acostumbrados hasta entonces a fabricar barcos de madera.
En 1864 se botó el Impératrice Eugénie, el primer barco construido en los Astilleros del Atlántico y también el primer transatlántico “hecho en Francia”. La construcción, mantenimiento y reparación de estos buques titánicos, hicieron que el centro de producción se convirtiera con los años en uno de los más importantes del mundo.
Sin embargo, en más de una ocasión osciló entre la prosperidad y la crisis. Entre los mayores éxitos de la planta se encuentran el inicio de la construcción en seco con la botadura del lujoso Normandie en 1932; la botadura del transatlántico France en presencia del General de Gaulle en 1960; la construcción de varios petroleros de medio millones de toneladas en los años 70; y la entrega del Harmony of the Seas en 2016, seguida del Wonder of the Seas en 2022, los cruceros más grandes del mundo.
Por otro lado, algunas de las turbulencias más graves incluyeron el bombardeo de la mitad de la infraestructura industrial durante la Segunda Guerra Mundial; la feroz competencia japonesa que dio lugar a una huelga general en 1964; la crisis del petróleo de los años 70; el escándalo del amianto en 2001; y muchas otras. A pesar de un importante cambio de accionistas en los últimos años, algunos finlandeses, otros surcoreanos y otros italianos, Astilleros del Atlántico ha sabido consolidar su experiencia internacionalmente, construyendo buques cada vez más espectaculares e innovadores, sin descuidar la reducción del impacto medioambiental.
Desde el diseño hasta el montaje, pasando por los prototipos e incluso la fase de armamento, los Astilleros del Atlántico están abiertos a los visitantes. Un espectáculo inolvidable a gran escala.
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