Robert Surcouf y Quebec

Disfruta de la hermosa plaza de Quebec, con sus banderas blancas y azules ondeando el cielo francés, y contempla las vistas sobre la bahía. En el medio, Robert Surcouf, hecho de bronce, señala con el dedo al enemigo inglés. Marino a los 13 años, y capitán corsario a los 22, era apodado simplemente “el Rey de los Corsarios”. Un oficial de la Royal Navy le decía  que los franceses sólo luchaban por dinero, mientras que los ingleses lo hacían por honor. A lo que Surcouf replicó: “¡Es cierto, caballero! Todo el mundo lucha por lo que no tiene”. ¡Toma ya! Al salir de la plaza, se ve la Casa de Quebec. La relación de amistad entre Quebec y Saint-Malo, ciudad natal de Jacques Cartier, es muy estrecha. Este célebre navegante fue el primero en explorar el golfo de San Lorenzo y bautizó esta nueva tierra con el nombre de Canadá.  La Casa de Quebec fue creada por el Gobierno de Quebec con el objetivo de hacer descubrir y apreciar la ciudad a los franceses. ¡Quién te iba a decir que tu estancia en Saint-Malo te llevaría al otro lado del Atlántico! Al salir del jardín, baja por la calle des Champs Vauverts para volver a subir a las murallas. El acceso está junto a la puerta del mismo nombre.