Bastión Saint-Louis

A continuación llegarás al Bastión Saint-Louis, llamado así en honor a Luis XIV.

Las casas que bordean el bastión, son las únicas que han sobrevivido a los bombardeos de 1944.  Se remontan a 1727.  La estatua que se ve en el centro es la de Duguay Trouin. Se trata de otro famoso corsario y almirante de Saint-Malo. Valeroso y respetado por sus hombres, ascendió rápidamente en la jerarquía militar. Empezó como corsario a los 18 años, a los 24 se convirtió en capitán del navío del Rey, a los 36 fue nombrado caballero y a los 42, oficial general de la marina francesa. A los 50, formaba parte del consejo de administración de la Compañía  de las Indias, que gestionaba el comercio entre Francia y sus colonias. Su expedición más famosa fue la que condujo a la toma de Río en 1711. De hecho, los franceses llevaban tiempo pensando en interceptar la flota anual del oro que traía a Lisboa los metales preciosos extraídos de Brasil. El capitán Duclerc lo había intentado en 1710, pero fue asesinado y sus soldados hechos prisioneros. Así que para evitar el fracaso y vengarse de Portugal, que estaba en plena Guerra de Sucesión española y aliado con Inglaterra contra Francia, Luis XIV envió a Duguay Grouin a Brasil. La travesía fue cuidadosamente preparada y escapó por poco del asedio inglés. El ataque a Río fue rápido y eficaz, y los corsarios franceses partieron con un considerable tesoro, así como con los 500 prisioneros del capitán Duclerc, que aún vivían. Ahora seguramente tengas una idea más clara de quién era. Si quieres rendirle homenaje, ten en cuenta que sus restos fueron repatriados a Saint-Malo y enterrados en la catedral de San Vicente en 1973, con motivo del tricentenario de su nacimiento.