Catedral Saint-Denis

Aquí te encuentras ante la catedral Saint-Denis, sencilla y blanca, ubicada entre los árboles. Originalmente se construyó entre 1829 y 1832 como Iglesia del Santo Salvador. Después, cuando se creó el obispado de Borbón, el edificio se convirtió en catedral. Es la única catedral de la isla. Si observas detenidamente su frontón de terracota, verás que representa el martirio de San Dionisio, el primer obispo de París. Es el más famoso de los santos cefalóforos, es decir, aquellos que fueron decapitados. Se le suele representar vivo, llevando su cabeza en los brazos. Según la leyenda, después de ser ejecutado, se levantó, recogió su cabeza y caminó hasta su tumba. En fin, volvamos a nuestra iglesia. Luego de ser convertida en catedral, tuvo una serie de embellecimientos, como el campanario metálico y el enorme púlpito esculpido que puedes ver en su interior. La fuente que ves en primer plano se añadió en 1854. Además, sus cuatro estatuas representan los símbolos de la marina, el comercio, la industria y la agricultura. Fue restaurada en la década de 1990, y se ilumina por la noche desde 2010. Es un justo homenaje a una de las piezas más importantes del patrimonio de San Denis, catalogada como monumento histórico desde 1975.