Pasaje del Pequeño Reloj

Si Ruán tiene el famoso Gran Reloj que casi todo el mundo conoce, debes saber que se puede acceder a una versión más pequeña y mundana. Basta con tomar este misterioso pasadizo, encajado entre la calle des Faulx y la calle Eau-de-Robec, que no está señalizado. Poco a poco, a medida que nos abrimos paso, la luz reaparece, se abre un patio privado y finalmente, allí en la esquina, un reloj de sol algo polvoriento llama nuestra atención. Pero, ¿cuál es su historia? Se dice que fue el padre del actual propietario quien hizo abrir este patio para su uso personal y el de los demás residentes, en 1978. Y como relojero de profesión, instaló aquí una de sus creaciones en 1982.

La curiosidad encantadora del pasadizo y su atracción siguen intrigando a todos los que se cruzan en su camino, más que por su auténtica importancia histórica. Sobre todo porque aquí, fuera de la vista, el tiempo parece haberse detenido para siempre. Y ciertamente no son las estáticas manecillas del pequeño reloj las que demuestran lo contrario.