Abadía Saint-Ouen

Habitualmente confundida con una catedral, con sus extraordinarias dimensiones de más de 130 metros de longitud y 33 metros de altura, la iglesia abacial de Saint-Ouen fue fundada hacia el año 750, en sustitución de una gran iglesia románica destruida por un incendio. Aunque su construcción se extendió a lo largo de más de dos siglos, el edificio posee una notable unidad gótica irradiante que los sucesivos constructores han sabido perpetuar manteniéndose fieles al proyecto original.

Rodeado ahora por los antiguos jardines del convento, el lugar de culto, que fue uno de los monasterios benedictinos más poderosos de Normandía, recibe a cualquier visitante interesado con un interior igualmente logrado y bien conservado. Una vez atravesado el portal central, donde está entronizada la estatua de Saint-Ouen, el santo patrón del lugar, el carácter excepcional de la arquitectura no pasa por desapercibido. Esto incluye el sublime armazón medieval de roble, perfectamente conservado, y la forma en que los muros desaparecen en favor de la auténtica serie de 80 vitrales, que inundan instantáneamente de luz todo el espacio.

El gran órgano del fondo de la nave es uno de los más grabados del mundo. Todo ello nos hace desear conocer este lugar emblemático de Ruán, catalogado como monumento histórico desde 1840 y que pronto será restaurado para devolverle un esplendor digno de sus primeros tiempos.