El Arco de Constantino

Frente a ti está el Arco de Constantino, justo al lado del Coliseo. Fue encargado por el Senado para celebrar los diez años de reinado del emperador Constantino, recordando su gran victoria sobre Majencio en la batalla del Puente de Milvio. Esta victoria es altamente simbólica y marca un punto de inflexión en la historia de Occidente. Poco antes de que comenzara la batalla, Constantino afirmó haber tenido una visión. Aseguró haber visto un crisma, el símbolo del cristianismo primitivo, formado por las dos primeras letras griegas de la palabra Cristo. También afirmó haber oído una voz que le decía: “con este signo vencerás”. Constantino, pagano como sus soldados, hizo pintar este signo en todos los escudos de su ejército. El enemigo, ampliamente superado en número, fue rechazado y el emperador Majencio murió ahogado al derrumbarse el puente. Constantino dedicó entonces su victoria al Dios de los cristianos, prohibió formalmente sus persecuciones y se convirtió a su religión, que se extendió rápidamente por todo el Imperio Romano de Occidente. El Arco del Triunfo se erigió en solo dos años sobre la llamada vía triunfal, que llevaba a las tropas de vuelta al Capitolio, siguiendo un recorrido preciso que simbolizaba el regreso de los soldados a la vida civil. Con 21 metros de alto y 25 de ancho, es el arco más grande de la ciudad. Parece una locura que lo hicieran tan rápido, pero en realidad se debe a que los artesanos utilizaron piezas talladas previamente, tomadas de otros monumentos más antiguos. En cualquier caso, es el monumento mejor conservado de la antigua Roma y el más moderno de los arcos de triunfo construidos en la época.