Plaza de España

En 1620, la Plaza de España era una pequeña parte de España, que había establecido allí su embajada ante la Santa Sede. Las leyes españolas estaban en vigor y los españoles tenían su propia administración y soldados. Pero, antes que España, fue también Francia quien puso sus ojos en el lugar. Fíjate en la iglesia que hay al final de la escalera. Es la iglesia de Trinità dei Monti. Fue construida a petición de Luis XII en el siglo XVI y pertenece al Estado francés. La flor de lis en lo alto del obelisco es un homenaje del Papa Pío VI a los franceses. La escalera también fue encargada y financiada por Francia, poniendo fin al problema de la pendiente de la colina que unía la iglesia con la embajada española. En un principio, incluso se proyectó construir una estatua ecuestre de Luis XIV. Pero no se llevó a cabo. Hoy en día, gracias a su ubicación privilegiada, la plaza de España es un lugar de encuentro para los italianos. Cerca de la Via dei Condotti, famosa por sus tiendas, esta plaza está siempre llena de actividad. Aquí no hay edificios enormes ni espectaculares, pero si bellas edificaciones de colores cálidos y, sobre todo, la sublime fuente de la Barcaccia, que forma una estupenda composición fotográfica frente a la escalinata con la iglesia en lo alto.