Museo Fenaille

Ahora te encuentras en la plaza Eugène Raynaldi, que te revela un lugar donde confluyen la historia, la arqueología y el arte: el Museo Fenaille. Situado a solo 160 metros de los jardines de la Prefectura, es un lugar lleno de recuerdos. Cómo podría motivarte a entrar en un museo? Pues sencillamente porque no hay mejor manera de descubrir el pasado de una ciudad. Rodez, en particular, es una ciudad verdaderamente histórica. El museo se remonta al siglo XIX, al año 1837. El proyecto nació del simple deseo de los primeros miembros de la Sociedad de las Letras, las Ciencias y las Artes de Aveyron, formada por eruditos y notables de esta región, de crear un lugar que albergara todas las ricas colecciones de la ciudad. Porque, sí, es importante, incluso imperativo e indispensable, conservar en un lugar seguro las cosas que conforman la identidad de una ciudad. Con el paso de los años, los socios no tardaron en reunir numerosas colecciones: cerca de 1.000 donantes a lo largo de 160 años para 25.000 objetos que pueden verse en el Museo Fenaille. En 1992, el edificio se sometió a un programa de renovación completa. Hubo que esperar 10 años, en 2002, para que el museo abriera sus puertas, para deleite de los habitantes de Rodez y de los miles de visitantes que se agolpaban a su llegada. Pasear por las salas del Museo Fenaille es como retroceder en el tiempo y viajar al pasado para conocer las distintas civilizaciones que han vivido en Rodez, así como las revueltas y cambios que han tenido lugar a lo largo de los siglos. Viaja desde la prehistoria hasta el siglo XVII, y embárcate en un viaje de anécdotas descabelladas y revelaciones inquietantes. La reputación internacional del museo es bien merecida, gracias en gran parte a su impresionante colección de estatuas menhires, que datan de hace casi 5.000 años. Es la mayor colección de estatuas menhires de Europa, con 17 esculturas que pesan entre 90 y 870 kilos y algunas miden hasta 2 metros. ¿Por qué tanta atención en torno a estas figuras antropomorfas? Por si no lo sabías, estas esculturas son las representaciones más antiguas del hombre. Las estancias que las rodean ofrecen incluso una visión de la vida cotidiana de las personas que las construyeron. La más famosa de las estatuas menhires es sin duda la Dama de San Sernín.