Historia de Rodez

Mientras recorres la calle Planard, déjanos explicarte por qué Rodez tiene una historia con H mayúscula. No en vano algunos la llaman “la vieja ciudad histórica”. Empecemos por el principio, porque no podemos hacer otra cosa. Nos remontamos casi 2.000 años atrás, a la época en que la ciudad estaba habitada por los rutenos. Originalmente una tribu celta conocida por su espíritu feroz, los rutenos querían conquistar más tierras y acabaron asentándose en el Aveyron. En ese momento, Rodez se presentó como un lugar encantador para vivir. Los rutenios la llamaron “Segodunum”. Y nunca se marcharon, acabando por forjar Rodez piedra a piedra. Hoy en día, los rutenos son una de las mayores tribus galas. Por eso se suele decir que Rodez combina a la perfección modernidad y vestigios del pasado. Los pueblos que forjaron esta ciudad se asentaron aquí hace mucho tiempo, y luego fue reurbanizada y transformada según los tiempos y los avances de la tecnología y la industrialización, por los descendientes de esos mismos pueblos, para convertirse finalmente en la ciudad que conocemos hoy, en el siglo XXI. Se dice, sobre todo por los mayores, que la ciudad se desarrolló principalmente en torno a la catedral, que es el punto central de Rodez. La plaza emblemática. Y si Rodez ha hecho de su pasado parte de su identidad, nosotros, como tú, lo hemos comprendido. Hoy, la ciudad tiene 26.410 habitantes, pero también fue ocupada por los francos, los duques de Aquitania, los condes de Tolosa y los moros. Sí, es mucha gente para una ciudad tan pequeña. Toda esta gente invirtió en Rodez, y mucho más tarde serían los ingleses quienes a su vez invertirían en ella durante la Guerra de los Cien Años, que fue un acontecimiento histórico para la ciudad. A medida que la ciudad se modernizaba, seguía marcada por la rivalidad entre los condes de Rodez, señores del Bourg, y los obispos, llamados señores de la Cité. La rivalidad era tan poderosa, tan llena de odio y resentimiento, que incluso se construyó una muralla para delimitar mejor los dos dominios. Lo más sorprendente de esta historia es que las dos comunidades, o podríamos decir los dos clanes, eran en realidad bastante similares en muchos aspectos. Por ejemplo, cada una tenía su propia administración y ayuntamiento. Los condes de Rodez y los obispos competían entre sí para consolidar su poder. Quién sería el vencedor de esta rivalidad, te preguntarás. Pues bien, a principios del siglo XVII, el obispo François d’Estaing terminó la construcción de la legendaria catedral de Notre-Dame de Rodez, añadiendo su campanario de 87 metros de altura. Así que, en cierto modo, los obispos de Rodez se llevaron el control del poder. El siglo XVIII estuvo marcado por un renacimiento cultural. La ciudad de Rodez experimentó una especie de renacimiento, con la fundación de la Sociedad de Letras, Ciencias y Artes del Aveyron. Hoy en día, cuando pensamos en la ciudad de Rodez, no podemos evitar remontarnos a la Antigüedad, con los rutenos; la rivalidad entre los dos clanes, los señores del Bourg y los de la Cité, destacando las espléndidas residencias construidas en aquella época; y, por último, el Art Déco más reciente. Definitivamente Rodez, es una ciudad antigua con un rico pasado.