Gastronomía

Mientras paseas por el sendero Robert Taussat, es el momento perfecto para echar un vistazo a algunas de las delicias gastronómicas que se ofrecen. Desde donde estamos, es casi como si oyéramos rugir tu estómago. El cual gruñe de impaciencia ante la idea de descubrir lo que Rodez tiene para ofrecer en bandeja de plata. Pues bien, queridos amigos, ha llegado el momento de que se te haga agua la boca, porque la ciudad es conocida por ser una de las más sorprendentes en lo que a descubrimientos culinarios se refiere. Cada región del Aveyron tiene sus especialidades, y aquí la que encabeza la lista y hace que los visitantes se derritan al sentarse a comer es sin duda el farçous. Con un nombre así, es imposible no sentirse intrigado. Los farçous pueden comerse en cualquier época del año, en verano o en invierno, como plato principal o entrada. Son pequeños buñuelos de hierbas fáciles de cocinar, rellenos de acelga, ajo y cebolla. Para muchos visitantes, estos deliciosos pastelitos siguen siendo uno de los recuerdos más preciados de su estancia en Rodez. Con esto, te vendría bien un poco de fricandeau, un paté campestre, típico de la región, que se sirve siempre en forma de bola y que permite calentar el estómago para el plato principal. Rodez es famosa por su afición al queso. Sobre todo a finales de año, cuando bajan las temperaturas y llega el frío, no hay nada como una buena sopa espesa de queso servida con col para combatir la tristeza invernal. También puedes optar por el tripous, una especialidad a base de panceta de ternera rellena. En cuanto a los postres, no te faltará donde elegir, con la fouace, un pastel típico de Aveyron, y el pastal a la broche, un pastel cuya forma sencilla y el modo en que se hornea a fuego de leña, con una masa líquida vertida por encima, son suficientes para intrigarnos. En Rodez abundan los productos locales y los platos tradicionales, y todos están deliciosos. En este punto solo podemos desearte bon appétit.