Capilla Real de Rodez

Ahora es el momento de girar ligeramente la mirada hacia la izquierda, para admirar este espléndido monumento conocido como la Capilla Real de Rodez. Aunque el edificio está actualmente cerrado al público, sigue siendo una verdadera joya para todos los que se cruzan en su camino. Este monumento de estilo barroco fue construido en el siglo XVII. Si el nombre sigue resonando entre los habitantes de Rodez, es también porque se trata de la antigua capilla de los jesuitas, fundada en el siglo XVI. Hemos estudiado detenidamente la historia de este edificio, y hemos hecho algunos descubrimientos muy sorprendentes. En primer lugar, lo que originalmente fue la capilla de los jesuitas se construyó bajo las órdenes del cardenal Georges d’Armagnac. Poco después, confió el establecimiento a los jesuitas, cuya pedagogía y laboriosidad admiraba especialmente. Así, la capilla de los jesuitas comenzó a educar y a transmitir sus conocimientos. En 1563 había no menos de 800 alumnos, la mayoría hijos de notables. Este éxito continuó hasta 1762, cuando los jesuitas fueron expulsados. Siete años más tarde, en 1769, el colegio se convirtió en Real, con profesores de talento como el abate Carnus. ¿Quieres oír una de las anécdotas más interesantes sobre la antigua capilla de los jesuitas que no se menciona en los libros de historia? Se dice que el abate Carnus, que creía firmemente que la experiencia práctica era tan importante como la teoría, construyó con sus alumnos uno de los primeros globos aerostáticos. Emocionante, ¿verdad? El Colegio Real pasó a llamarse Liceo Foch en 1930, y fue el hogar de algunos verdaderos pensadores que siguen siendo leyendas hoy en día, como el pintor Pierre Soulages, y el general y mariscal de Francia Ferdinand Foch. Pero volvamos a la Capilla, ¿te parece? El arquitecto, Hugues Bramarigues, se inspiró en el estilo barroco, como ya hemos dicho, pero también en el jesuítico. Puedes comprobarlo con solo mirar la nave única, con sus bóvedas de cañón y sus galerías de madera pintada. Todo ha sido pensado hasta el último detalle, y todo el edificio está catalogado como Monumento Histórico. Una última cosa que debes tener en cuenta al echar un último vistazo: hoy en día, hay muy pocas decoraciones de iglesias de colegios jesuitas que se conserven en buen estado. Esto hace de la capilla un monumento único.