Sólfar

¿Te consideras un “viajero o viajera”?

Perfecto, aquí hay otro que técnicamente puede permitírselo.

El Viajero del Sol, The Sun Voyager, o Sólfar en islandés, es la escultura más famosa de Reykjavik. Todo el mundo se desplaza para contemplarla, pero sobre todo para fotografiarla. ¿La clave de esta popularidad? Un entorno encantador, junto con un monumento original, simplemente ese es el secreto. Nada más y nada menos.

Uno es fruto de la Madre Naturaleza, el otro, en cambio, nació de la imaginación del hombre. Y este hombre es Jón Gunnar Árnason. Un artista e hijo de la ciudad, que ganó el concurso lanzado por una asociación vecinal, a mediados de los años 80, para conmemorar el bicentenario de la Constitución de Reikjavik.

A pesar de sus líneas relativamente simples, el Sólfar conserva una parte enigmática en cuanto a su significado. En el 99,9% de los casos, los paseantes que se cruzan con él lo ven como un barco vikingo listo para navegar por las aguas escandinavas. Vikingos, Islandia, la asociación es inmediata. Pero esta rápida interpretación es en realidad un simple malentendido. La intención inicial del diseñador era hacer de esta obra: una “oda al sol y al viaje”.

A su lado y con la mirada perdida hacia el horizonte, despierta suavemente el deseo de descubrimiento, se manifiesta la tentación de la aventura y se siente la necesidad de seguir adelante. Tantos efectos deseados por Jón Gunnar Árnason que, por desgracia, no tuvo la oportunidad de experimentarlos.

Su enfermedad ganó un año antes de la inauguración de esta silueta dominante de la capital. Por eso, más que una atracción, el Sólfar es un mensaje que el escultor dejó atrás, haciéndolo entrar de paso en la historia de Reikjavik.

Ten en cuenta que desde este punto al caer la noche, también podrás ver la luz de la torre “Imagine Peace”, proyectada desde la isla de Viðey, no muy lejos a la derecha.