La casa Höfði

Para llamar la atención, no es necesario siempre impresionar. Fíjate un poco en la casa Höfði, su forma es clásica, su color es de lo más sencillo, pero despierta nuestro interés.

Está ahí, plantada de espaldas al océano, al alcance de todos y casi minúscula en esa inmensa parcela de césped verde que la rodea. ¡De tanto mirarla, se vuelve incluso sospechoso!

Pero más allá de las apariencias, esta mansión bien mantenida es en realidad uno de los sitios históricos de Islandia más conocidos del mundo. Prefabricado en Noruega, luego enviado y montado en Reykjavik en 1909, el edificio blanco estaba inicialmente destinado a albergar en la isla al primer cónsul francés: Jean-Paul Brillouin.

De residencia política, fue transformada después en el “nido” del poeta y hombre de negocios Einar Benediktsson durante 12 años. Si su nombre no te dice nada, al menos puedes verlo en una estatua a la derecha de la casa.

Luego de que el municipio la comprase, y la convirtiera en un centro de conferencias, la casa Höfði se encontró en la primera plana de la actualidad mundial unos años más tarde. En 1986, recibe la cumbre de Reikjavik, durante la cual se reunirán el presidente estadounidense Reagan y el secretario general ruso Gorbachov.

Estamos en plena Guerra Fría, las dos “superpotencias” se enfrentan y esta reunión debe conducir a una posible prohibición de los misiles balísticos. Lamentablemente, las negociaciones entre los dos bandos fracasaron. A pesar de esta falta de resultados concluyentes, este encuentro habría ayudado para algunos en el final del conflicto.

Reparada sin demasiados daños, después de un incendio en 2009, en el mejor de los casos puedes acercarte a la casa Höfði, pero no se puede visitar.

Una leyenda local, reconocida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, sugiere que el edificio estaría atormentado por el espíritu de una joven que supuestamente se suicidó o se ahogó en la zona. Lo que frena cualquier deseo de ingresar.