La casa de la cultura

Si bien en cuanto al color, la casa de la cultura es diametralmente opuesta al teatro nacional de Reikjavik, los une al menos un punto: enriquecer el conocimiento del público en general.

Solo podemos decir que es muy fácil, cuando eres el fruto de una colaboración entre el Museo Nacional, la Galería Nacional y otras cuatro instituciones.

Siguiendo una clasificación por temas, las colecciones del sitio abordan la historia artística y cultural islandesa desde la colonización hasta nuestros días. Entre las piezas más inestimables se encuentran manuscritos del siglo XIV, obras de arte contemporáneo e incluso el esqueleto de un gran pingüino cuya especie se extinguió. Un conjunto de testimonios pasados que ayudan a comprender mejor los orígenes del país, su entorno y su trayectoria evolutiva.

Antes de seguir tu camino, tal vez hayas visto algunas inscripciones en la fachada misma. Técnicamente, todas están relacionadas. Aquellas sobre las ventanas son los nombres de figuras literarias nacionales como Snorri Sturluson, el principal escritor escandinavo de la Edad Media. En cuanto a la que está encima de la entrada, indica la razón por la que la casa de la cultura se construyó inicialmente en 1908. Simplemente acoger la Biblioteca Nacional de Islandia. En un tiempo pasado.