Plaza Real

No te sorprenderá saber que esta plaza se llame Plaza Real, ¿verdad? Si no fue la enorme estatua de Luis XV en pleno centro lo que te hizo intuirlo, quizás sea su forma cuadrada, casi perfecta, y sus imponentes edificios, de arquitectura típica del siglo XVIII. Construida en honor del rey de Francia en 1757, la plaza se diseñó para mejorar la circulación y reducir el número de accidentes que se producían en las estrechas y sinuosas carreteras de la zona. En aquella época, la reina Marie de Leszno, esposa de Luis XV, ni siquiera podía hacer pasar su carruaje por la ciudad porque las calles eran demasiado estrechas… Bueno, no cabe duda de que su carruaje debió de ser también bastante voluminoso, pero al parecer, incluso para los peatones, el barrio no era muy viable. En cualquier caso, hicieron falta 19 años para convertir esta plaza en lo que es hoy en día. Cuenta con una estatua en su centro creada en 1819, por Pierre Cartellier, en reemplazo de la que Pigalle había creado cincuenta años antes, que había sido  destruida durante la Revolución. Sea como fuere, el resultado es magnífico: la plaza es sumamente elegante, y compite fácilmente con algunas de las más grandes plazas reales de Francia. El único inconveniente es que no es peatonal, así que hay que tener precaución al pasar.