Plaza Santo Domingo

En el centro de la gran plaza de Santo Domingo hay un monumento al Mariscal Sucre.

Permíteme que te hable un poco de este héroe de la Guerra de la Independencia, ciertamente menos conocido que su homólogo Simón Bolívar, pero que liberó Quito y dio su nombre a la capital boliviana de la que fue el primer presidente, así como a la antigua moneda de Ecuador.

Antonio José de Sucre, su nombre completo, era hijo de un coronel realista que se había establecido en Venezuela. A los 15 años asistió a la escuela militar de Caracas y pronto se vio enrolado en la revolución.

Luchó junto a Bolívar y ganó las famosas batallas de Ayacucho y Pinchincha, que condujeron a la independencia de Perú y Ecuador respectivamente. Cuando Simón Bolívar decidió cortar la parte sudoriental de Perú y crear Bolivia, fue Antonio quien se encontró con que no quería ser presidente. Tenía fama de honesto, íntegro y, sobre todo, incorruptible.

Ante todo, el Mariscal, convertido en Presidente, investigó el país mediante numerosos estudios y estadísticas. Reactivó el sector minero y trabajó para mejorar la agricultura.
Creó los ministerios de Guerra, Interior y Finanzas. Intentó introducir una serie de reformas revolucionarias, pero sus políticas no fueron del gusto de todos y resultó herido en un motín en 1828.

Abdicó ese mismo año y fue asesinado en Colombia en circunstancias que aún hoy se desconocen.